La educación y el populismo

Hemos presenciado en las últimas semanas, varias propuestas, reuniones y discusiones sobre el inicio del nuevo año escolar. El próximo ministro de educación, Roberto Furcal ha conversado con varios sectores, principalmente la ADP, EDUCA y demás gremios, para conocer los pareceres de cada uno de ellos.

La ADP mantiene su criterio firme en que no existen condiciones para iniciar el año escolar en agosto, porque los profesores no tienen las condiciones tecnológicas para impartir la educación virtual en el sector público. Se requiere la formación de los profesores en las técnicas de educación virtual, en el manejo de la pedagogía virtual y en los recursos educativos, antes de que el año escolar inicie.

Algunos sectores, plantearon la posibilidad de que los niños entren a clases de forma interdiaria. Esto ha levantado una serie de críticas, por la sencilla razón de que el virus no se esconde hoy, para aparecer mañana. Muchos niños no tienen el cuidado que implica mantener una educación semipresencial en plena pandemia.

Sin embargo, uno de los focos de preocupación era -además de la pandemia- que los niños y niñas estaban ociosos en la casa y que los padres tenían que trabajar. Muchos padres afirmaron, que el funcionamiento de la educación es urgente, porque muchos no sabían que hacer con los niños y niñas en la casa, además de que tenían que trabajar.

Entiendo, que fuera de la realidad que vivimos todos los padres de familia con nuestros hijos en la casa, el Estado no puede intentar satisfacer los deseos de los padres de los niños y niñas ociosos, o de los colegios privados que necesitan ingresos; el Estado no puede permitir que el año escolar empiece para unos y no para los otros. Tiene que crear las condiciones, para que el sector público como el privado continúen a la par.

Para eso, es preciso que las empresas prioricen el trabajo en línea, el trabajo por grupos y que faciliten que los padres de familia puedan trabajar media tanda para cuidar a sus hijos. Sin embargo, los padres deben ser padres, aprendiendo recursos, estrategias, formas de educar a sus niños en casa y amarlos.

Por las cuestiones de trabajo, no estamos acostumbrados a estar presentes para nuestros hijos, pues disfrutémoslo. Nuestros hijos nos lo agradecerán, somos los primeros y principales educadores. Busquemos la forma de mantenerlos ocupados.

Por último, debo advertir que la estructura, en este caso la educación, no esta primero que el ser. No esta primero que la salud, no esta primero que la familia, ni que el amor que un padre le debe a su hijo. Si hay que esperar, debemos hacerlo. Los profesores deben prepararse, nosotros y nuestros hijos también. Cuidemos eso.