REDACCIÓN.– La diabetes tipo 2, que padecen más del 90% de los pacientes que tienen esta enfermedad, requiere de un tratamiento con fármacos que puede provocar la falsa idea de que se «controla» la afección, cuando en realidad no es así, ya que los factores ambientales, el exceso de peso, el tabaquismo o el sedentarismo influyen en la evolución de la enfermedad.
Así lo ha afirmado la endocrinóloga responsable de la Unidad de Diabetes del Hospital Universitario de la Paz en Madrid, Noemí González Pérez de Villar, con motivo del Día Mundial de la Diabetes, que se celebra este lunes.
Este año, la conmemoración fija el foco en los profesionales de enfermería para que formen a los pacientes con diabetes, unos seis millones de personas solo en España.
Son precisamente las personas que tienen diabetes tipo 2 las que necesitan un refuerzo de la información, tan determinante que puede ayudar a reducir no solo los niveles de hemoglobina glicada, uno de los indicadores que controlan la glucemia, sino la aparición de complicaciones con mayor eficacia que con algunos tratamientos farmacológicos para la enfermedad, tal y como ha alertado la Sociedad Española de Diabetes (SED).
Mientras que los pacientes diabéticos tipo 1 han recibido mejor educación «de forma tradicional», debido a que precisan de insulina para toda la vida desde el inicio del tratamiento, la educación diabetológica en personas con diabetes tipo 2 ha sido relegada a un segundo plano.
Además, otro de los problemas añadidos, según la doctora González, es que una de cada tres personas con diabetes no toma todos los fármacos, ya que «ni la glucosa, ni el colesterol, ni la tensión duelen», y también porque en ocasiones se requiere de ingesta de muchas pastillas al día que dificultan su cumplimiento adecuado.
«Es muy triste que habiendo fármacos tan eficaces en el tratamiento se dejen de tomar por desconocimiento, por pensar que ya me lo he tomado durante un tiempo y he mejorado, entonces lo suspendo y (pienso que) sigo con el efecto, y no es así, si suspendo el fármaco vuelve el efecto y por lo tanto la glucosa o el colesterol suben», ha avisado.
Por eso desde el área médica se busca o bien juntar varios fármacos en un solo comprimido para reducir la cantidad, lo que se denomina «polipastilla», ha indicado González, o bien prescribir fármacos de mayor duración o de administración semanal para favorecer la adherencia y reducir las tomas.
Educación a los enfermeros
En este contexto, cobra relevancia el papel del profesional de la enfermería o educador en diabetes, que busca examinar los hábitos de alimentación o de la actividad física del paciente y «formarse específicamente en ellos» pese a no ser especialistas en nutrición o ejercicio.
Todo ello con el objetivo de que los enfermeros sean capaces de transferir los conocimientos a las personas con diabetes, que, con una población cada vez más envejecida, en España afecta a una de cada cinco personas mayores de 60 años.
«Es fundamental que enfermería, que es quien está más cercana normalmente del paciente y que conoce muy bien su entorno, sea la que trabaje con él y sea capaz de conocer cuáles son las dificultades que tiene para no tomar bien la medicación y así, desde el equipo sanitario, poder ayudarla para mejorar la adherencia», ha expresado González.
No obstante, estas competencias no están reconocidas de manera oficial ni constan como requisito para acceder a este puesto de trabajo, tal y como ha explicado la enfermera de práctica avanzada en la Unidad de Diabetes del Servicio Endocrinología del Hospital Sant Joan de Déu Carmen Yoldi Vergara.
Los hospitales Esperit Sant de Santa Coloma de Gramenet, el Clínic y el Sant Joan de Déu de Barcelona son algunos de los centros catalanes que reconocen la acreditación de enfermera de práctica avanzada (EPA) en diabetes, enmarcada en un sistema en el que cada centro acredita a su personal, reconocido solo internamente.
Del mismo modo, en Andalucía el plan integral de diabetes de 2018 recoge las competencias de la EPA, aunque todavía es muy incipiente este reconocimiento, según la enfermera Yoldi.
Es por ello que Yoldi ha abogado por un reconocimiento no solo en las comunidades autónomas sino a nivel nacional y que sea un requisito para poder acceder como educadora en diabetes.
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