Bruselas.- La Federación Internacional de Periodistas (FIP) rechazó este lunes “frontalmente” todos los intentos de interferir en las comunicaciones privadas de los periodistas, como sucedió con cerca de 180 profesionales que fueron espiados con el software Pegasus, según una investigación.
La FIP recomienda a los periodistas extremar la vigilancia para proteger sus datos y pide a los Gobiernos que consagren en su legislación nacional la inviolabilidad de las comunicaciones de estos profesionales, según indicó la Federación en un comunicado.
La lista de los 180 periodistas espiados incluye a reporteros de medios de comunicación internacionales, así como a periodistas autónomos “que han sido blanco de regímenes que querían saber cuáles eran sus fuentes de información, socavar su trabajo y, en algunos casos, detener e impedir la publicación de sus reportajes”, según señaló la FIP.
Por estos motivos, la Federación aseguró que el uso del software Pegasus para espiar a periodistas “muestra la profunda vulnerabilidad de la libertad de prensa y cómo se está violando gravemente el derecho del público a estar informado”.
El presidente del grupo de expertos de la FIP en materia de vigilancia, Tim Dawson, advirtió de que el software Pegasus se está utilizando “como un algoritmo para socavar la democracia”.
Dawson explicó en el comunicado que los contactos confidenciales “son base fundamental del mejor periodismo, el que denuncia el despilfarro, la incompetencia y la corrupción”.
Por su parte, el secretario general de la FIP, Anthony Bellanger, afirmó que una filtración como esta pone de manifiesto los peligros inherentes “a un programa tan potente”, por lo que sin una regulación sólida, “es inevitable que déspotas y censores accedan a nuestra información más íntima».
En este sentido, la FIP subrayó que la comunidad internacional debe inspeccionar y regular las organizaciones que suministran productos que tienen la capacidad de socavar libertades esenciales y críticas para la democracia.
Además, Bellanger destacó el trabajo del grupo de periodistas que ha dado a conocer los intentos irregulares de interferir en las comunicaciones privadas de defensores de los derechos humanos, opositores políticos, abogados, periodistas, diplomáticos y jefes de Estado.
La investigación publicada este domingo la llevó a cabo «The Washington Post» junto a otros 16 medios de comunicación, con la ayuda de Amnistía Internacional y la organización francesa sin ánimo de lucro Forbidden Stories.