La gran clase social en este país no es la del gran burgués. No. Esa categoría le corresponde al pobre padre de familia, el grupo social que mayores ventajas disfruta impunemente. He aquí algunas de sus prerrogativas: arrabaliza todo, ocupa con anafe y caldero cualquier acera, conduce una riesgosa chatarra como transporte público, vende lo que sea en cualquier esquina, ensucia todo, se mea donde le plazca, no paga luz ni agua, no paga impuestos, no cae preso; de ñapa, recibe bonos y tarjetas solidarias desde el Palacio Nacional y, por si fuera poco, constituye la gran mayoría que elige gobierno. ¿Quién puede aspirar a más?
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