La guerra obliga a cortar gas y amenaza aún a miles de ciudadanos en Mariúpol

Más al sur, en Mariúpol, la situación en la ciudad controlada por Rusia desde finales de abril sigue siendo dramática.

Kiev/Moscú.- Los ataques rusos en el este de Ucrania, especialmente en la región de Lugansk, obligaron hoy a Kiev a cortar un tercio del tránsito de gas ruso hacia Europa, mientras que en la región de Donetsk las autoridades advertían del riesgo de muerte de miles de ciudadanos en Mariúpol para fines de año.

El subjefe del Departamento Principal de Operaciones del Estado Mayor General de Ucrania, general de brigada Aleksey Grómov, señaló hoy que las fuerzas ucranianas han frenado una ofensiva a gran escala de los rusos en la región de Járkov e Izium, donde recientemente las tropas de Kiev destruyeron un mando ruso.

El Estado Mayor anunció el martes la liberación de varias localidades al norte y noreste de la ciudad de Járkov.

Según indicó hoy el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW, en inglés), con sede en EEUU, «la ofensiva militar ucraniana probablemente llegó a 10 kilómetros de la frontera de Rusia».

RUSIA PASA A LA DEFENSIVA

Según Grómov, ahora Rusia está ya no en modo ofensivo sino defensivo en esas direcciones y transfiere sus fuerzas hacia Lugansk.

Rusia afirmó a su vez el martes haber llegado ya a la frontera administrativa controlada por Kiev en la región de Lugansk tras hacerse con la localidad de Popasna, aunque el gobernador del territorio, Serhiy Gaidai, calificó esta afirmación de «fantasía».

El representante ucraniano señaló que actualmente es imposible evacuar a los 40.000 ciudadanos que permanecen en el territorio bajo control de Ucrania.

Allí los residentes se han quedado «sin electricidad, agua, gas o comunicación móvil» debido a los constantes ataques rusos.

El jefe de la Administración Civil y Militar de la ciudad de Severodonetsk, Oleksandr Stryuk, señaló que en los últimos días el número de ataques ha aumentado significativamente y que el 30 % de los edificios de la ciudad ya no es habitable.

CORTAR EL GAS

La operadora de los sistemas de gas de Ucrania, GTSOU, tuvo que cortar hoy por «fuerza mayor» el tránsito de gas ruso a Europa a través del punto de medición de Sokhranivka y la estación de compresión Novopskov, en territorio ocupado de Lugansk.

A través de Novopskov se transportaban diariamente hasta 32,6 millones de metros cúbicos del combustible ruso a Europa, casi un tercio del total.

Ucrania confirmó no obstante que puede traspasar el tránsito de gas al punto de medición de Sudzha en un volumen de 72 millones de metros cúbicos diarios.

La Comisión Europea (CE) consideró hoy que el corte no genera «ningún problema inmediato para la seguridad del suministro».

ATAQUES DÍA Y NOCHE

En la región de Donetsk, las fuerzas rusas bombardean toda la línea del frente «día y noche», según el gobernador, Pavlo Kyrylenko.

Las tropas rusas intentan bajar desde Limán, en el norte, hacia Sloviansk y Kramatorsk, centro militar de las fuerzas ucranianas y donde los combates son «constantes».

En Sloviansk Rusia bombardeó hoy dos distritos, según el jefe de la Administración Militar-Civil de la ciudad, Vadym Lyakh.

Más al sur, en Mariúpol, la situación en la ciudad controlada por Rusia desde finales de abril sigue siendo dramática.

MILES DE VIDAS EN RIESGO

El alcalde de la ciudad portuaria, Vadym Boychenko, señaló que «para fin de año más de 10.000 personas pueden morir por enfermedades y condiciones intolerables en Mariúpol», que cuenta ya solo con entre 150.000 y 170.000 habitantes, tres veces menos que antes de la guerra y que deben ser evacuados en su totalidad, insistió.

Su asesor, Petró Andryushchenko, afirmó a su vez que, «si hay un infierno en la tierra, está en la planta de Azovstal», que es atacada «no solo desde el cielo y con artillería, sino nuevamente con tanques que tratan de abrirse paso».

El líder de la autoproclamada república de Donetsk, Denís Pushilin, sostuvo que no quedan ya civiles en territorio de la metalúrgica tras una complicada operación de la ONU y Cruz Roja la semana pasada para sacarlos de la fábrica.

Andryushchenko cree sin embargo que «quedan más de cien civiles» en la siderúrgica, mientras que la viceprimera ministra Iryna Vereshchuk, indicó que había además «cientos de heridos».

Tanto los prorrusos como Kiev calculan que todavía hay más de mil soldados ucranianos en la acería.

Las esposas de dos oficiales del batallón Azov mostraron hoy su deseo de que su encuentro con el papa Francisco en Roma sirva para poder salvar la vida de los soldados, que, aseguraron, están dispuestos a ser evacuados.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, dijo el martes ante el Parlamento maltés que «Rusia aún no ha aceptado ninguna de las muchas opciones propuestas para rescatarlos».

LA RUSIFICACIÓN DE JERSÓN

En el sur, en la región de Jersón, bajo control ruso, las autoridades prorrusas impuestas por Moscú,explicaron que siguen adelante con la rusificación de la zona, no solo con la introducción del rublo y la apertura de un banco ruso.

También pretenden enviar una apelación al presidente ruso, Vladímir Putin, para incluir al territorio en una «provincia de pleno derecho de Rusia», dijo Kiril Stremoúsov, subjefe de la Administración Civil y Militar de Jersón, según RIA Nóvosti.

El Kremlin recalcó que eso «lo deben decidir los habitantes de ese territorio», en tanto que el asesor de la Presidencia ucraniana Mykhailo Podolyak aseguró que ese plan quedará en nada, ya que el Ejército ucraniano «liberará» Jersón.