REDACCIÓN INTERNACIONAL.- Archie Harrison Mountbatten-Windsor, nacido el 6 de mayo de 2019, se convirtió en uno de los bebés más populares del planeta y, al tiempo, el más oculto de la Casa Real británica.
Nada que ver con sus primos Jorge, Carlota y Luis, hijos de los Duques de Cambridge. Pero el afán del Príncipe Harry y Meghan Markle porque su hijo fuese un «ciudadano privado» hizo que aumentase la expectación hacia todo lo que concernía al primer hijo de los duques de Sussex.
Tanto fue así que hasta la celebración del bautismo de su hijo fue de carácter privado. La ceremonia estuvo blindada al público y a los medios de comunicación. Lo único que se supo fue que la ceremonia tuvo lugar en el Castillo de Windsor.
En un principio se iba oficializar en la capilla de San Jorge, la misma donde se casaron los Duques de Sussex y donde se bautizó Harry en 1984. Sin embargo, el evento finalmente se celebró en otra capilla privada, ubicada dentro de los departamentos estatales del castillo.
Ahora, con la llegada de la pequeña Lilibet Diana Mountbatten-Windsor, nacida el 4 de junio de 2021, las cosas han cambiado. A pesar de que, según el periodista Richard Eden, Harry quería que, al igual que su primogénito, su hija recibiera el primer sacramento en Windsor, otro experto en realeza, Richard Fitzwilliams, ha asegurado esta semana que «el bautizo tendrá lugar en el estado natal de Meghan (California) y con el secretismo, pero sin la controversia que rodeó el bautizo de Archie».
«No habrá un bautizo en el Reino Unido. Sencillamente no sucederá», ha comentado a ‘The Telegraph’ una fuente cerana a la pareja. Una decisión que, tal y como ha explicado el diario británico ‘Daily Mail’, tendría graves consecuencias para la undécima bisnieta de la Reina Isabel II y, hasta ahora, octava en la línea de sucesión al trono, puesto que si Lilibet no es bautizada en la Iglesia de Inglaterra no será considerada «miembro de la Familia Real británica» pues ningún cristiano católico puede ser rey o reina de Reino Unido.
La única opción que podrían plantearse el matrimonio sería la de que la pequeña reciba el bautismo en una Iglesia Episcopal de Estados Unidos, ya que al formar parte de la Comunión Anglicana podría ser compatible con la Iglesia de Inglaterra.