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La historia del capote de la película más taurina de Sharon Stone

Cine

El capote puede interesar tanto a seguidores de la artista, uno de los iconos sexuales de los años 90 del siglo pasado, como a cinéfilos o aficionados al mundo del toro.

La historia del capote de la película más taurina de Sharon Stone
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Málaga (España).- Unos años antes de que Sharon Stone saltara a la fama mundial con ‘Basic Instinct’ (1992), rodó en España ‘Sangre y arena’. Uno de los atrecistas de esa película ha conservado 35 años un capote firmado por la actriz estadounidense, que le pareció «encantadora» y «muy divertida».

El actor y cantante español José Ricardo Truchado era un veinteañero cuando trabajó de atrecista en este filme dirigido por Javier Elorrieta, que narra el dilema de un torero de origen humilde (Christopher Rydell) dividido entre el amor a su esposa (Ana Torrent) y una rica ganadera (Sharon Stone) con la que mantiene una apasionada relación.

Sharon Stone ya había rodado otras películas pero «no era tan famosa», ya que le llegó el reconocimiento con ‘Total Recall’ (1990) e ‘Instinto básico (1992), ambas dirigidas por Paul Verhoeven. Durante la grabación de ‘Sangre y arena’, íntegramente en inglés, Truchado asegura a EFE que hizo una «buena amistad» con la actriz, con la que el trato fue «muy afable y cercano».

«En el trabajo era todo muy serio» pero después afirma que la intérprete (Pensilvania, 1958) siempre le «buscaba para dar una vuelta». Sharon «era simpática y bailona, muy divertida», rememora.

Un objeto para coleccionistas

Cuando quedaba poco para acabar el rodaje, Truchado pidió a Pedro Palomo, un torero semirretirado que ejercía de asesor taurino, que le vendiera un capote utilizado en la película, que le firmaron Sharon Stone, Javier Elorrieta y otros compañeros del equipo técnico.

José Ricardo lleva toda su vida en el mundo del espectáculo, donde también realizó labores de producción y dirección, y aunque dejó de trabajar detrás de las cámaras hace tres décadas, ha «guardado todos estos años» el capote. Ahora, «un poco fastidiado física y económicamente», ha decidido sacarlo a subasta en el portal Todocoleccion.net.

Pese a que carece de certificado de autenticidad, tiene «alguna manchita de sangre» y está «un poco descolorido en una zona», el capote firmado por el equipo de ‘Sangre y arena’ está en general en buen estado. El precio de salida de la puja es de 300 euros, aunque «lo lógico» es que alguien pague más, confiesa.

El capote puede interesar tanto a seguidores de la artista, uno de los iconos sexuales de los años 90 del siglo pasado, como a cinéfilos o aficionados al mundo del toro.

En las fotos del portal Todocoleccion pueden verse en la parte central del forro amarillo las palabras ‘Blood and sand’, nombre en inglés de la película, junto a la fecha septiembre de 1988 y más de una veintena de firmas, entre ellas el autógrafo de Sharon Stone junto a dos corazones y una estrella.

Esta película fue una nueva adaptación de la famosa novela del escritor español Vicente Blasco Ibáñez, de la que Hollywood ya hizo una versión en 1941, en la que el papel de Stonen lo interpretaba Rita Hayworth.

La huella de la tauromaquia

Este rodaje, en el que Truchado también coincidió con Antonio Flores, hijo de Lola Flores, (1961-1995), le permitió por primera vez ver un toro de lidia de cerca y entender el mundo del toreo. Parece que también dejó huella en Sharon Stone, quien bastantes años después defendió públicamente la tauromaquia en una entrevista.

«A mí me encantan los toros. Son parte de la cultura histórica y también parte de los símbolos del país, así que hay un aspecto de los toros que es la poesía de España», respondió la actriz en 2012 al presentador español Jorge Javier Vázquez.

Truchado no siguió en contacto con Sharon Stone después de ‘Sangre y arena’, pero mantiene en su memoria algunas anécdotas del rodaje en Madrid, Sevilla o Jerez.

Insiste en que ella «no era nada subidita» y le pareció «muy amable y simpática», aunque él había trabajado anteriormente con artistas norteamericanos y hablaba bien inglés, algo que no hacía todo el equipo.

Aunque le «duele» desprenderse del capote, a este antiguo atrecista que lo mismo hace de actor que de cantante o locutor le queda el recuerdo de haber compartido vivencias con la mismísima Sharon Stone.

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