SANTO DOMINGO.- “El agua es cada vez más escasa y no se vislumbra solución alguna”, reprochó el Arcipreste Zona San Isidro, Cesáreo Núñez Flores, al pronunciar el sermón contenido en la Quinta de las Siete Palabras que pronunció Jesús durante su crucifixión.
Resaltó que la gente tiene que comprar agua para sus necesidades habituales, mientras, los ríos mueren ante la desprotección de las autoridades, se privilegian proyectos que atentan contra la supervivencia de las fuentes acuíferas, con tal de que, nos dejen unos millones, aunque se sacrifique la biodiversidad y se comprometa la suerte de las futuras generaciones.
“La falta de conciencia, de la ciudadanía, un Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, desaparecido y aparentemente sin planes, un intento macabro de privatizar las aguas, unido a la creciente deforestación y la contaminación de las aguas superficiales y subterráneas, son parte de la agenda con la que se pretende equivocadamente responder a este desafío”, sentenció.
El Párroco de la Parroquia San Luis Rey de Francia dijo que, esta palabra, la dice incluso el mismo planeta, tengo sed, por los niveles de contaminación que padece. Las mismas aguas mueren como si el tercer Ángel apocalíptico, hubiese vaciado sobre el mar y los ríos, la copa de ajenjo con las que son envenenadas. “Entonces cayó del cielo una estrella grande, ardiendo como una antorcha. Cayó sobre la tercera parte de los ríos y sobre las manantiales de agua. La estrella se llama Ajenjo. La tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo, y mucha gente murió por las aguas, que se habían vuelto amargas”, (Apocalipsis 8,11).
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