São Paulo.- La inflación en Brasil se aceleró en julio hasta alcanzar una tasa acumulada del 4,50 % en los últimos doce meses debido al aumento del precio de los combustibles, lo que la sitúa en el límite de la meta del Banco Central, informó este viernes el Gobierno.
El Índice Nacional de Precios al Consumidor Amplio (IPCA) registró una cifra peor a la esperada por los analistas y aumentó un 0,38 % en julio, frente al 0,21 % reportado en junio, según datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (Ibge).
La gasolina subió un 3,15 % y el etanol, un 5,9 %, lo que impactó el sector del transporte, cuyos precios se elevaron un 1,82 %.
Además, la vivienda aumentó un 0,77 % debido al encarecimiento de la electricidad, mientras que el precio de alimentos y bebidas cayó un 1 %.
El Banco Central decidió la semana pasada, y por segunda vez consecutiva, mantener la tasa de interés de referencia en un 10,50 % anual ante un escenario interno e internacional que describió como «adverso».
Al mismo tiempo, la cúpula de la institución monetaria avisó de que no dudaría en elevar la tasa en caso de necesidad, pese a las fuertes presiones del Gobierno para que la recorte.
El Banco Central espera una inflación del 3 % para este año con un margen de tolerancia de 1,5 puntos hacia arriba o hacia abajo.