Simpatizantes y fieles votantes del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), no entienden lo que está pasando en el seno de esa organización política por la incomprensión de sus principales dirigentes que no encuentran el camino de la unidad, pese a reuniones sostenidas para llegar a un acuerdo.
Como ejemplo pongo al amigo Antonio Ramírez, al que conozco desde hace tiempo, quien señala que un partido dividido, como está el PRD, no llegará a ninguna parte, y que da vergüenza que sus dirigentes sean los culpables de esa situación.
Tanto Hipólito Mejía como Miguel Vargas Maldonado deben comprender que ellos no son el PRD y que es penoso que solo piensen en ostentar y repartirse los altos cargos en un posible gobierno perredeísta al margen de su militancia que es la razón de ser de esa organización política, fundada por el profesor Juan Bosch, significó Ramírez.
Mi amigo manifestó que como perredeísta no va a votar por un partido que esté dividido, por la incomprensión de sus dirigentes, a quienes señala como los culpables de que el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) se haya alzado con el triunfo en los tres últimos comicios electorales celebrados en el país.
Este perredeísta no concibe que nuevamente en el 2016, el PLD vuelva a ser Gobierno, lo que, a su juicio, significaría la desaparición del PRD, ya que su militancia, en el futuro inmediato, se volcaría a apoyar una nueva opción, que sería uno de los partidos emergentes, reconocidos por la Junta Central Electoral JCE.
Al parecer, tanto Mejía como Vargas Maldonado, quienes formaron tiendas apartes, no se entienden, ya que ambos se acusan de traicionar al partido, por lo que no se vislumbra una solución inmediata dentro de esa organización política que aspira ganar los comicios del 2016, indicó Ramírez.
Sin embargo, elogió la habilidad política de principales dirigentes del PLD que han agenciado, aunque lo niegan, la división del PRD, en base a la premisa «de divide y vencerás».
Los dirigentes y miembros de la base del PRD están atento sobre el destino de esa organización y aseguran que no participarán en ninguna convención con un partido dividido, reiterando mi amigo que de esa manera jamás volvería a ganar unos comicios presidenciales.
Ramírez, con un dejo de tristeza, tras hacer un historial de la contribución del PRD a la democracia del país, dijo que para la supervivencia del PRD los dirigentes de ambas tendencias, la de Mejía y Vargas Maldonado, deben trabajar en pro de la unificación del partido para que siga siendo la principal opción de poder en República Dominicana y no de su lamentable desaparición.
Ramírez afirmó que se debe dejar de lado el egoísmo, desde la cúpula del PRD, y pensar en los miles de perredeístas que desean con urgencia se produzca una solución al problema, recordando la famosa frase de que «la unidad hace la fuerza».
Mi apreciado amigo hizo un llamado a Mejía y a Vargas Maldonado a un entendimiento y se logre la unidad, porque espera ver de nuevo un gobierno del PRD, desarrollando un novedoso programa que beneficie, no solo a un grupo, sino a toda la colectividad nacional, como ha sido siempre su mística.
Aunque no soy político, ni tampoco me interesa serlo, creo que es comprensible la inquietud de mi amigo Ramírez, debido a que un partido tan otrora poderoso como el PRD, esté inmerso en una lucha interna de intereses de sus principales dirigentes políticos, que en lugar de beneficiarle, lo perjudicará tarde o temprano. Creo que así debe pensar toda la militancia perredeísta de las bases que observa atentamente la evolución de la hasta ahora, insoluble crisis.