La Justicia alemana cierra el proceso y deja en libertad a Puigdemont

La Audiencia Territorial de Schleswig-Holstein explicó en su resolución que consideró "no admisible" el cargo de rebelión porque no apreció la violencia suficiente como para poner en peligro las instituciones del Estado, un requisito necesario para el delito de alta traición, el equivalente del código penal alemán.

BERLÍN.- La Audiencia Territorial de Schleswig-Holstein dio hoy por «completamente cerrado» el proceso de extradición contra el expresidente catalán Carles Puigdemont y dejó en libertad al líder soberanista, poniendo fin a 118 días de un intrincado procedimiento legal con notables connotaciones políticas.

«Puigdemont es libre y puede abandonar Alemania inmediatamente», aseguró en declaraciones a Efe la portavoz de la Audiencia Territorial de Schleswig-Holstein, Frauke Holmer.

El tribunal dio hoy carpetazo al proceso al decretar el levantamiento de las medidas cautelares que pesaban sobre Puigdemont -en libertad bajo fianza de 75.000 euros- una vez que recibió la comunicación oficial de la decisión del juez Pablo Llarena del Tribunal Supremo español, que retiró ayer la petición de extradición.

Llarena procedió de esta manera una semana después de que la propia audiencia alemana resolviese aceptar la extradición del expresidente catalán, pero sólo por un presunto delito de malversación de fondos y no por el de rebelión, el principal cargo por el que lo procesaba el Tribunal Supremo y que podría suponerle hasta 30 años de prisión.

La Audiencia Territorial de Schleswig-Holstein explicó en su resolución que consideró «no admisible» el cargo de rebelión porque no apreció la violencia suficiente como para poner en peligro las instituciones del Estado, un requisito necesario para el delito de alta traición, el equivalente del código penal alemán.

«La cantidad de violencia que prevé el delito de alta traición no se alcanzó en los enfrentamientos en España», argumentó la audiencia en referencia a los incidentes de la jornada del referéndum ilegal del pasado 1 de octubre.

Tampoco admitió el delito de perturbación del orden público, que planteó también la Justicia española en el caso de que no se admitiese finalmente el delito de rebelión, alegando que Puigdemont «no era el líder espiritual de las acciones violentas».

El tribunal decidió entonces mantener las medidas cautelares que había dictado ya contra el líder soberanista en abril, cuando al recibir el petición de extradición desde la Fiscalía de Schleswig-Holstein. Le dejó en libertad bajo fianza de 75.000 euros, sin posibilidad de abandonar Alemania y con la obligación de personarse semanalmente ante la policía.

Durante el proceso, la Fiscalía pidió en dos ocasiones la entrega de Puigdemont a España por los dos cargos por los que le ha procesado el Tribunal Supremo, pero la audiencia resolvió en otra dirección, apuntada ya desde la primera vez que el asunto cayó en sus manos.

La información que Llarena envió a Alemania de forma adicional para justificar sus cargos tampoco sirvió para modificar la posición de la Audiencia.

Varios juristas alemanes habían expresado desde el principio sus dudas sobre la viabilidad de extraditar al político catalán por el delito de alta traición.

Puigdemont fue detenido el 25 de marzo por la Policía alemana poco después de cruzar la frontera con Dinamarca y pasó 13 días en la cárcel de Neumünster (norte), hasta que la Audiencia lo dejó en libertad bajo fianza.

En el momento de su arresto, regresaba en automóvil de Helsinki a Bruselas, a donde había huido en octubre tras la declaración unilateral de independencia, después de que Llarena solicitase su extradición a Finlandia aprovechando una visita de Puigdemont al país nórdico.

Previamente el juez español ya había retirado una petición de entrega del líder soberanista a la Justicia belga, que tampoco accedía a extraditar al político catalán por rebelión.

El Ejecutivo español, amparado en la Constitución, destituyó a Puigdemont y a todos sus consejeros el 27 de octubre de 2017, después de que el Parlamento regional de entonces aprobase una declaración a favor de la independencia unilateral de Cataluña.

Durante los casi cuatro meses de su estancia en Alemania, Puigdemont ha residido principalmente en Berlín, aunque en las últimas semanas se trasladó a Hamburgo (noroeste) alegando motivos de seguridad.

El líder soberanista ha mantenido un perfil político bajo durante este tiempo, aunque ha celebrado varios encuentros con políticos independentistas, incluidas al menos tres visitas del actual presidente catalán, Quim Torra, y una multitudinaria rueda de prensa tras su estancia en prisión.

Puigdemont ha expresado su intención de regresar a Bélgica una vez se resolviese su situación judicial en Alemania.