MINEÁPOLIS.- Katie Wright, la madre de Daunte Wright, un joven afroamericano que murió recientemente por el disparo de una agente en EE.UU., dijo este jueves en su funeral que su hijo debería haberle enterrado a ella y no al revés.
«Nunca imaginé que estaría aquí, mi hijo debería haberme enterrado», señaló la mujer entre lágrimas, en las exequias celebradas en una iglesia de Mineápolis (Minesota, EE.UU.).
En su intervención, la madre aseguró que su hijo «tenía una sonrisa que valía un millón de dólares» y explicó que su nieto, el hijo de Daunte, «era la alegría de su vida».
El padre del fallecido, Audrey Wright, que estaba al lado de la mujer, consideró que ninguna palabra puede «describir» el dolor que la familia siente en estos momentos.
Previamente, su abogado, Ben Crump, que también representó a los parientes del afroamericano fallecido George Floyd durante el juicio por su caso, hizo levantarse a toda la audiencia al grito de «La vida de Daunte Wright importó», emulando el lema del grupo «Black Lives Matter» (las vidas negras importan).
Crump citó otros casos de brutalidad policial contra afroamericanos como los de Floyd; Rodney King, apaleado por agentes en 1991 en Los Ángeles; y Oscar Grant, que también murió por una «equivocación» de la policía en 2009.
La familia de Floyd, los padres de Grant y el novio de Breonna Taylor, una mujer negra que también fue víctima de la violencia policial el año pasado también asistieron a la ceremonia.
En vez de agentes de policía, la seguridad del funeral estuvo a cargo del histórico grupo de autodefensa de la comunidad afroamericana en EE.UU., «Panteras Negras» («Black Panthers»).
Aparte de los familiares y amigos de Wright, y los parientes de otras víctimas, al templo asistieron personalidades políticas, como la senadora Amy Klobuchar y la legisladora de la Cámara Baja Ilhan Omar, ambas representantes de Minesota, además del reverendo Al Sharpton, un conocido defensor de los derechos civiles.
Wright falleció el pasado 11 de abril a manos de una agente de policía, Kim Potter, que, según la versión oficial, confundió su arma de electrochoque, también conocida como táser, con una pistola de fuego durante un control de tráfico.
Tras el suceso, las autoridades locales mostraron un video del incidente en el que se ve cómo tres agentes se aproximan al vehículo de Wright y uno de ellos intenta esposarle, pero el joven se resiste.
Entonces, como se ve en la grabación, empieza un forcejeo y la policía saca su pistola y grita a modo de aviso: «¡Táser! ¡táser! ¡táser!». Después se oye un disparo y la agente exclama con sorpresa: «Le he disparado».
Los policías aseguran que pararon el vehículo, porque no tenía algunos papeles en regla, pidieron la identificación a Wright y se dieron cuenta de que tenía una orden de arresto pendiente, por lo que intentaron detenerlo.
Fue en ese momento cuando el hombre intentó volver a meterse en el coche y recibió un impacto de bala.
El suceso ha avivado las tensiones en Mineápolis, que ya estaban a flor de piel debido al juicio contra el policía Derek Chauvin por la muerte de Floyd, grabada en un video que el año pasado dio la vuelta al mundo y espoleó unas protestas históricas contra la brutalidad policial y el racismo.