Una consulta capicúa para saber cuáles son los modelos a seguir de nuestras niñas es preguntarles: ¿Cómo quién te gustaría ser cuando seas grande?, una manera de figurar el papel de las mujeres en República Dominicana en unos años.
Aquella mañana calurosa en el aula de clases del liceo, la respuesta de las niñas me dejo perpleja, muda. A coro las adolescentes afirmaron: “Quiero ser como Sobeida, la Monstrua”.
La imagen de Sobeida sonriente, bajando del avión con su cartera de Louis Vuitton, con aire triunfante, como quien viene blindada, cubrió los titulares de los periódicos y arropó la televisión. La mujer joven, hermosa, derrochando opulencia gracias a su príncipe azul, el “matatán” de la droga.
Sobeida es el modelo de mujer que nuestro Sistema de Justicia ofrece. Fue condenada por lavado de activos vinculado a la red que dirigía el narcotraficante puertorriqueño Figueroa Agosto, cuatro años más tarde el juez de Ejecución de la Pena de San Cristóbal, Willys de Jesús Núñez, dispuso su la libertad condicional.
Todas y todos tenemos derecho a una oportunidad, pero hay personas en las cuales el Poder Judicial confía de forma reiterativa. La primera vez que la exinterna de Najayo Mujeres consiguió la libertad bajo fianza fue a posteriori de ser apresada con 4.6 millones de dólares, el 3 de septiembre de 2009. Consigue la libertad condicional bajo fianza y desaparece; fue atrapada en Puerto Rico y obligada a entregarse.
La historia de Sobeida parece un cuento de hadas. Es engorroso comprender que nuestra justicia confía en una persona condenada a la cual, el Sistema Judicial le ha ofrecido la libertad condicional, posteriormente ella escapa, y luego le vuelve a ofrecer libertada condicional.
De garante Sobeida tiene a su abogado, una persona con historial de haber estado en prisión por droga y ser deportado de los Estados Unidos.
Para culminar el cuento y catapultar el icono de mujer, el máximo representante del Ministerio Público, el Procurador General de la República, considera que la decisión es respetable y entendible.
A partir de ahora, la buena y santa Sobeida Félix Morel, reside en una suite de un hotel de lujo en Santiago, y trabaja en un proyecto para ayudar a prisioneras que no cuentan con suficientes recursos para enfrentar las múltiples dificultades, que esa situación conlleva.
Ratifico a Colombo cuando afirma que el próximo paso de Sobeida es ser diputada. Cuenta con recursos, poder y popularidad, gracias a nuestro “independiente” Poder Judicial.
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