Cuando me enteré de que el Ing. Frank Rodriguez había escrito un libro titulado “La Mujer en la Gestión del Agua, una presencia Ignorada”, quise leerlo de inmediato. Me surgió este interés, porque el Ing. Rodriguez, es experto en asuntos de agua, de hecho, fue director del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDHRI); del Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (INAPA); ministro de Agricultura; Consultor sobre agua de la UNESCO, etc. Con todas esas experiencias de alto nivel ¿Por qué dice que la presencia de nosotros, las mujeres, es ignorada en la gestión del agua?
Comencé a leer el libro con ansiedad. Entre montañas de aspectos técnicos, recuerda que la Constitución plantea la igualdad de derechos entre hombres y mujeres; prohíbe cualquier acto que menoscabe o anule este reconocimiento; habla de elementos esenciales para la equidad de género; destaca que en la agenda de política pública , hay un plan de acción en favor de las personas, del planeta y la prosperidad, con atención especial a las cuestiones de agua y saneamiento; que la prosperidad depende de los recursos de agua dulce y los ecosistemas, con calidad apropiada para la vida y el desarrollo sostenible.
Recalca la importancia de la higiene; dice que millones de personas en el mundo defecan al aire libre; millones de mujeres y niñas cada día, recolectan agua para la familia, en campos y ciudades, poniendo en peligro su salud al utilizar recipientes cuyo peso provoca problemas en su vejiga, columna vertebral, incluso abortos; la falta de instalaciones sanitarias adecuadas impide a muchas niñas ir a la escuela en su periodo menstrual. Dice que a pesar de que la mujer desempeña un papel fundamental en el ahorro del agua, su mérito no es reconocido ni medido.
Este libro, hace pensar que el diferente manejo y las ingeniosas actividades, sencillas y elementales, de las mujeres en el hogar para obtener agua y satisfacer necesidades de la familia, ofrecen directrices, dan luces para grandes ejecutorias nacionales; ellas en “mini” hacen lo que los gobiernos deben hacer en “macro”, para que el agua fluya hacia toda la población, motivando a instalar tuberías, pozos, canales de riegos y presas.
La obra presenta las mujeres y su manejo de la carestía de agua, como un ente esencial, misioneras, personas que trazan pautas, a pesar de su “presencia ignorada”; las muestras como si sus acciones y riesgos para obtener el valioso líquido, fueran linternas que se encienden en medio de la oscuridad, para indicar el camino a seguir a los gobernantes; la buscan sin importar el riesgo, sin descansar.
Por ser el agua, imprescindible para el desarrollo económico y social de los pueblos, urge que llegue a todos los hogares y comunidades. Dice el Ing. Rodriguez, que la inversión en capacitación, en educación, han influido en un cambio de actitud, de considerar el acceso a la misma, como una necesidad vital, un derecho humano, que debe estar al alcance de todos, en igualdad de condiciones y posibilidades.
Indiscutiblemente, el libro “La Mujer en la Gestión del Agua; una presencia ignorada”, y en cuya portada aparece la imagen, de una mujer con una cubeta en la cabeza y otra en la mano derecha, es una obra interesante, de muchas informaciones y variadas pinceladas; un estupendo aporte, que mueve a la reflexión.
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