Uno de los grandes retos que tiene el presidente Danilo Medina es la transformación de la política exterior de nuestra nación. Danilo prometió cambiar la estructura y la política de relaciones internacionales de la República Dominicana haciéndola más cónsona con la realidad mundial y estableciendo un vínculo efectivo con nuestra política de comercio internacional.
Por diverzas razones que no voy a analizar aquí, eso no había sido posible y se producían múltiples críticas a ese aspecto del gobierno llegándose al extremo de afirmar que el presidente no tenía interés en cumplir con sus promesas de campaña en este aspecto tan vital del estado moderno.
Con la designación como Ministro de Relaciones Exteriores de Andrés Navarro, esas dudas empezaron a despegarse. Este hecho sorprendió gratamente a todo el mundo pues la gran experiencia del arquitecto Navarro estaba en otros órdenes aunque todos destacamos su gran nivel de gerencia. Con esta designación, el presidente Medina ha cotinuado siendo fiel a una nueva forma de gobernar que le ha dado un resultado excelente, la cual se fundamenta en colocar en áreas importantes a funcionarios que sean efectivos gerentes aunque su experiencia no sea de la misma área que van a gerenciar. Ahí está el caso de Obras Públicas, cuyo ministro Gonzalo Castillo no es ingeniero y ha hecho una excelente gestión como gerente de esa área. Y también está el caso del Ministerio de Educación, donde Carlos Amarante Baret sin tener experiencia magisterial ha demostrado una una gran eficacia en la conducción de ese ministerio que administra casi una cuarta parte del presupuesto nacional.
Como Canciller de la República Andrés ha empezado con muy buen pie. Un serie de cambios y adaptaciones internas se han valorado como muy positivas. Y el anuncio de que va reunir en un cónclave especial a los más experimentados diplomáticos del servicio exterior dominicano para pasar balance a la diplomacia dominicana de hoy día y de allí sacar las líneas generales de la nueva política exterior, es una acción que muestra que va por muy buen camino.
El otro elemento que hace prefigurar que Andrés Navarro manejará con acierto sus funciones es la declaración que ofreció en una rueda de prensa con el canciller haitiano, a propósito de las relaciones entre esos dos países. Dijo que «Haití debe ocupar un lugar estelar en la política de relaciones exteriores de la República Dominicana» y afirmó que «a partir de este importante encuentro se delineará un nuevo enfoque en las relaciones bilaterales con Haití, con una visión más abarcadora, humana e integracionista, ya no sólo a cargo de los gobiernos, sino con la activa participación de la sociedad civil de ambos pueblos vecinos que muy bien pudieran jugar un rol estelar en el desarrollo económico y social de la gente».
Con la nueva realidad que vive el mundo y con los retos que ha creado la Ley 169-14 y nuestra relación con Haití, la designación de Andrés Navarro como Cancilller ha sido una medida correcta y coherente para enfrentar con éxito esos retos. El es una persona que tiene todas las condiciones para dirigir ese ministerio y transformar nuestra política exterior. Por sus frutos, lo estamos conociendo.