Ginebra.- La crisis alimentaria aumenta en Somalia, donde se teme que zonas del centro y sur del país sean pronto declaradas en hambruna, y el número de niños que podrían sufrir malnutrición severa es ya de 513,550, indicó hoy el portavoz del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) James Elder.
La estimación es un 33 % mayor que hace apenas una semana, cuando la misma organización ya advirtió de que al menos 730 niños han muerto por malnutrición en el país en lo que va de año, una cifra que podría dispararse en los próximos meses.
A modo de comparación, Elder recordó que en la hambruna de 2011 en el mismo país del Cuerno de África, que causó la muerte de 260,000 personas (muchas de ellas niños), los menores con malnutrición severa fueron «sólo» 340,000, por lo que la magnitud de la catástrofe en los próximos meses podría ser enorme.
«Hay niños que ya están muriendo, y muchos centros de atención ya están llenos, por lo que hay menores críticamente enfermos que han de recibir tratamiento en el suelo», retrató el portavoz en una rueda de prensa para los periodistas acreditados ante la ONU en Ginebra.
Elder también indicó que los niños con síntomas de malnutrición corren un riesgo 11 veces mayor de morir de diarrea o sarampión, enfermedades de las que ya se han dado brotes en el país este año.
Los casos sospechosos de cólera o diarrea aguda en Somalia entre enero y julio en niños ascendieron a 8,400, y los de sarampión a 13,000, cuatro quintas partes entre menores de cinco años.
«Más de medio millón de niños corren riesgo de sufrir una muerte que es evitable, un número de pesadilla que todavía no hemos tenido que contabilizar en lo que va de siglo», concluyó el portavoz, quien denunció que sólo un 3 % de los fondos solicitados por UNICEF para ayudar a familias en el Cuerno de África han sido entregados.
Somalia sufre actualmente su tercera sequía en apenas una década, y la actual, con cuatro temporadas consecutivas sin lluvias y una quinta a punto de llegar, podría ser incluso peor que las de 2011 y 2016, de acuerdo con los pronósticos de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU.
A la ausencia de lluvias se unen, como cóctel que ha llevado la crisis en Somalia a niveles límite, décadas de conflicto, desplazamientos masivos de población y este año la fuerte alza de los precios de los cereales y otros alimentos básicos, derivada en parte de la guerra de Ucrania.