La ONU ve justificada volver a la negociación entre régimen sirio y oposición

El enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, aseguró hoy en la jornada final de la Conferencia de Seguridad de Múnich (MSC) que "es el momento de empezar las conversaciones", ya que "el espacio" para "una discusión política" "empieza a estar ahí".

MÚNICH, Alemania.- La ONU vio hoy justificada la vuelta a las negociaciones entre el régimen sirio y la oposición en Ginebra, mientras los poderes regionales implicados de uno y otro lado mantienen sus diferencias respecto a las fracturas sectarias de Oriente Medio.

El enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, aseguró hoy en la jornada final de la Conferencia de Seguridad de Múnich (MSC) que «es el momento de empezar las conversaciones», ya que «el espacio» para «una discusión política» «empieza a estar ahí».

Por eso ha convocado para este lunes a una nueva reunión en Ginebra entre las partes, tras meses de bloqueos, aunque la situación es incierta -reconoció- por los avances que está efectuando sobre el terreno de forma acelerada el régimen y por la falta de consenso en torno a quienes conforman Al Nusra, un grupo considerado terrorista por la ONU.

Este proceso de diálogo, subrayó De Mistura, debe incluir a quienes hasta ahora han sido excluidos del diálogo para resultar creíble y sostenible: «Ése es el reto de las próximas semanas».

A su juicio, la negociación debe abordar las cuestiones de un nuevo gobierno «creíble» e «incluyente», con un nuevo formato, la de una nueva constitución «escrita por los sirios» y la de elecciones supervisadas por la ONU y con la participación de los millones de refugiados en la diáspora.

El ministro turco de Exteriores, Mevlüt Çavusoglu, respaldó las tesis del enviado especial de la ONU y defendió una negociación incluyente porque la discriminación sectaria es «terreno fértil» para el terrorismo.

De Mistura lanzó su muy cauto mensaje de optimismo después de que las intervenciones de representantes de Irán, Israel, Turquía y Arabia Saudí en la cita de Múnich evidenciase las profundas fracturas que persisten en Oriente Medio, que dificultan cualquier solución política tanto para Siria como para Yemen.

Irán, gran aliado del régimen sirio, fue la potencia regional que apareció más aislada en la MSC y la oferta de diálogo que lanzó su ministro de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, fue rechazada tajantemente por Arabia Saudí e Israel, quienes acusaron a Teherán de promover el terrorismo y mostraron, entre ellos, cierta sintonía pragmática.

Zarif abogó por abordar con todos los países «hermanos» del Golfo Pérsico los conflictos en Siria e Irak, pero de forma inclusiva y dejando de lado las posturas maximalistas.

«Irak, Siria y Bahrein necesitan un proceso político» para alcanzar una solución estable, un proceso que no margine a «ningún actor», ya que la vía militar no va a traerla, dijo.

Como ejemplo, citó la negociación sobre el programa nuclear iraní, donde «todas las partes» reconocieron que tenían que ceder en sus posiciones maximalistas para lograr un compromiso.

El ministro israelí de Defensa, Avigdor Liberman, tras rechazar cualquier diálogo con Irán, se mostró esperanzado ante la posibilidad de cooperar con Arabia Saudí formando una «coalición de los moderados» contra los «radicales» de Teherán.

«La mejor noticia en Oriente Medio es que por primera vez» un Estado «suní moderado», en referencia a Arabia Saudí, «entiende que su mayor amenaza no es Israel, sino Irán y sus asociados», señaló.

El ministro de Exteriores saudí, Adel al Yubeir, afirmó que Irán «es parte del problema y no de la solución» en Oriente Medio, y rechazó dialogar con Teherán sin un cambio fundamental por su parte.

Irán debe abandonar Yemén, donde no tiene «nada que hacer», un conflicto que a su juicio se resolverá cuando la suma de presión económica, política y militar fuerce a los rebeldes a negociar.

Çavusoglu cargó asimismo contra Irán por ejecutar «políticas sectarias» cuando lo que es preciso son «perspectivas incluyentes»: «La política sectaria de Irán está socavando la estabilidad en muchos países».

El «gran interrogante» en todo este debate, del que Siria es un elemento fundamental, es la posición que va a adoptar la nueva administración estadounidense, argumentó De Mistura.

A su juicio las prioridades del presidente de EEUU, Donald Trump, son derrotar al terrorismo yihadista, limitar el poder de Irán y no perjudicar a Arabia Saudí.

El enviado especial de la ONU consideró a este respecto «correcto» que EEUU se centre en combatir al Estado Islámico (EI) y en dialogar con los actores implicados sobre el terreno, como es el caso de Rusia. E