Medio ambiente y Salud Pública han hecho un gran despliegue de protocolo y ofensiva mediática con la declaratoria conjunta de emergencia ambiental en Duquesa, pero han sacado malas notas en cuanto a medidas oportunas frente al conflicto por el vertido de desechos.
Mientras que en un comunicado conjunto, ambos organismos públicos advierten el riesgo sanitario por la acumulación de desechos en el Gran Santo Domingo, esta alerta por el momento no se traduce en acciones firmes y concretas.
Hasta ahora todo se ha quedado en pomposas declaraciones que captan la atención en titulares periodísticos, como la que pronunció el ministro de Medio Ambiente, de que el problema se resolverá por las buenas o por las malas.
En igual sentido se pronunció en la víspera la ministra de Salud Pública, al señalar lo que la gente común advierte y teme, y que no requiere ningún estudio especializado: que ante dificultades para depositar la basura es claro el peligro de una crisis sanitaria.
Trabajando en conjunto o por separado, es hora de que ambas entidades oficiales se aboquen a intervenir Duquesa de una vez por todas para garantizar la regularidad en los horarios para el vertido de desechos.
Asimismo, se impone que el Gobierno ordene las medidas que sean necesarias para garantizar la normalidad en esas operaciones.
¿Por qué hay es que observar tantos pruritos y miramientos para actuar con prontitud y firmeza cuando está en peligro la salud de la población?
¿Acaso hay algo más sagrado en cuanto al estado de derecho y los debidos procesos, que garantizar a la gente seguridad sanitaria e impedir que Lajún se burle del país y de las leyes?
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