El pleno de la Junta Central, que se queja constantemente de que no cuenta con recursos suficientes para realizar sus funciones y cumplir con su cronograma de trabajo con vista a las elecciones del 2020, parece que quedó seriamente contagiada con el virus de derroche y uso alegre del dinero que heredó de sus predecesores.
Solo así se explica que después de afirmar que no contaba con medios suficientes para costear las primarias de los partidos, ahora se haya despachado con el anuncio de que pagará casi 20 millones de dólares, o sea unos 5,000 millones de pesos para adquirir los equipos que se usarán en el voto electrónico.
Si para poder cumplir con el mandato y supervisar las primarias de octubre la Junta había casi implorado a los partidos una especie de serrucho, como se dice en el lenguaje popular y clamado por ayuda adicional al Gobierno, ¿de dónde sacará la suma que tendrá que pagar por 55 mil unidades a la empresa Digiworld, ganadora de la licitación?
Estamos pues frente a un nuevo capítulo de una crónica de gasto anunciado, ya que si se recurre a un endeudamiento mediante préstamo, se une a la irresponsabilidad en que incurrió el anterior presidente de la Junta, Roberto Rosario al adquirir por 45 millones de dólares en equipos que no funcionaron en las pasadas elecciones.
¿Cómo se explica este nuevo gasto autorizado por el pleno de la Junta, cuando aún se debe parte del dinero de los tristemente célebres escáner comprados por Rosario?
¿Por qué la Junta no impulsó ante la justicia un sistema de consecuencias ante tan grave anomalía y en su lugar guardó silencio para incurrir en una nueva y discutible práctica, adquiriendo estos equipos cuya efectividad está por verse?
Solo nos resta encomendarnos al Altísimo y rogar por que los nuevos equipos no terminen como los escáneres, acumulando polvo y convertidos prácticamente en chatarras en un almacén en que la Junta ha pagado ya muchos millones de pesos.