Yo reto al ingeniero Diandino Peña y a cualquiera en este país a que demuestre que detrás de la investigación que presentamos este lunes, están poderes oscuros.
Para hacer una investigación de esta índole no hace falta dinero, basta proponerse hacer buen periodismo, tener valentía, dedicación, empeño, sacrificio y voluntad para enfrentarse a los llamados «intocables».
Ingeniero, usted ha pasado 12 años dirigiendo el proyecto más caro en la historia de este país ¿y no quiere que lo cuestionen?
Se equivoca, el periodismo, y el que ejerce este oficio por vocación, es precisamente para indagar, investigar, y buscar la verdad, con todas sus vertientes.
Si algún documento de los que yo he presentado es falso, desmiéntalo, pero no se esconda detrás de una cortina de humo, desviando el tema de manera perversa.
Esta imputación no nos extraña pues es la típica reacción, la de la mentira vulgar y barata, cuando no se puede responder de forma directa y responsable ante un trabajo de investigación periodística hecho con todo el rigor editorial y apoyado en su eje central en el interés general, el derecho de los ciudadanos a conocer la actuación de los funcionarios públicos.
Si de alguna forma la investigación tiene información falsa, lléveme a los tribunales.
Este trabajo está sustentado en documentos de sus propias empresas, firmadas por usted y su comisario de cuentas y correos electrónicos y documentos enviados también por usted y su representante legal al bufete panameño, Mossack Fonseca.
Nuevamente lo reto a que responda la preguntas que le deje por escrito, no se lo pido yo, se lo pide el país que actualmente está sumergido en una lucha contra la corrupción.
La sociedad está harta, pidiendo explicaciones, al igual que en el caso de Odebtrech, con los sobornos y las sobrevaluaciones.
Yo solo soy periodista, solo fui con preguntas que usted no pudo responder. Queda por ver si las autoridades tienen la misma valentía y el coraje para cuestionarlo ante las más sencillas violaciones a la ley de declaración jurada de patrimonio que exige que usted declarara sus ingresos y participación en estas empresas, sin esconder o distorsionar ningún detalle.
Si no lo hacen, la sociedad, no yo, lo juzgará. Yo solo he hecho un trabajo arduo, honesto, sacrificado y poniendo por encima de todo a este pueblo, que se merece tener funcionarios que apuesten por la transparencia para así hacer de nuestro país una nación de la cual nuestros hijos se sientan orgullosos.
Como titulara el periódico El País a propósito de la entrega de los premios de periodismo Ortega y Gasset yo solo me he atrevido y no me arrepiento, a incursionar en “historias que destapan lo que se trata de ocultar”, porque jamás haré periodismo obsequioso o por encargo.
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