En otra expresión de la política aquí en país, ahora resulta que los partidos quieren, ser lingüistas o estudiosos del castellano, redefinir el significado de la palabra proselitismo.
Para ayudarlos en esa tarea, que no es más que una excusa o distracción para evadir la advertencia de la Junta Central Electoral de que hay un proselitismo desbordante, les damos un adelanto a los dirigentes políticos sobre la definición de la Academia de la Lengua Española:
Proselitismo: Celo de ganar prosélitos, en otras palabras la búsqueda de partidarios.
Acaso no es esa la finalidad medular de la actividad partidaria, sea esta bajo techo o en lugares abiertos. Cuando se juramentan nuevos miembros y se proclama el modo en que el transfuguismo fortalece a los partidos que lo logran, ¿se trata de una ingenua obra de caridad ciudadana?.
La dirigencia partidaria debía cuidarse de ser más seria y cuidadosa en sus pretendidos argumentos y, más importante que eso, no ofender la inteligencia de la gente y de su capacidad de advertir cuando tratan de confundirle o tomarle el pelo.