Los mitos o información falsa sobre las vacunas contra el COVID-19 se reproducen tan rápidamente en las redes sociales, que están provocando que el miedo hacia la inmunización también se duplique no sólo en nuestro país, sino en toda la región de América Latina.
Que si la vacuna va a modificar nuestro ADN humano, que sí puede interferir en la fertilidad tanto de hombres como mujeres, que sí puede provocar reacciones adversas que causan la muerte o tener efectos secundarios que son peligrosos, y no dejemos fuera tampoco aquello de que las vacunas han sido desarrolladas en muy corto tiempo y por eso no se puede confiar en su seguridad.
Estas frases son solo algunas de las que bombardean constantemente resultando en incertidumbre y rechazo, según el propio gobierno, en por lo menos un 40 por ciento de la población dominicana.
Todos esto es falso y lo desmontan médicos reconocidos en todas partes del mundo, que no tiene nada que ganar con mentirle a la población sobre estas vacunas, médicos que aseguran que si pudieran haber sido los primeros en fila para ser inoculados, ya se la hubieran puesto.
Expertos dicen que se pondrán la que les toque, indistintamente del laboratorio que las produzca.
Entendamos que si estas vacunas han logrado la aprobación de la Organización Mundial de la Salud, es porque han pasado por rigurosas pruebas y no cuentan con todos estos riesgos sin fundamento que se esparcen como pólvora.
Que unas tienen mejor eficacia que otras, si, los estudios así lo demuestran. Pero les pongo un ejemplo.
Si a usted le dicen que tiene un 70 por ciento de probabilidad, tal vez hasta un 90 por ciento de ganarse un vehículo comprando un boleto de una rifa, ¿Lo compra?
Creo que la mayoría no lo pensaría dos veces.
Pues esta noche les digo, la vacuna es su boleto, y es gratis, no tiene que comprar absolutamente nada. El premio: no contagiarse con este virus que ya ha cobrado la vida oficialmente de casi 3 mil personas en nuestro territorio nacional. No tiene nada que perder. ¡Vamos a vacunarnos!.