Hace meses escribí diciendo que es tiempo de que la población dejé de comportarse y ser tratada como un bebé en la cuna, como un niño que necesita ser llevado de las manos, a causa del coronavirus; debe salir con los pantalones largos. Desde que llegó esta pandemia, el gobierno y el sector privado han estado educando sobre lo que significa, sus síntomas, consecuencias y como prevenirla. Por todos los medios, se escucha que hacer para protegerse, impedir la enfermedad, evitar morir.
Tanto del sector público como privado han estado facilitando mascarillas, recordando distanciamiento y haciendo prueba rápida para saber si está o no contagiado. De una u otra forma, los centros médicos se han equipados, para atender los pacientes. Se escucha por doquier “quédate en casa” para evitar contagio y solo permitían abrir centros comerciales para satisfacer necesidades básicas.
Para controlar la salida del hogar, el gobierno hasta puso “toque de queda”; para destacar la importancia de cuidarse, el ministro de Salud, personalmente, ofrecía los boletines, anunciando medidas que deben conocerse. Muchos desobedecen y desafían las precauciones. El gobierno, se ha visto precisado a tomar medidas drásticas con los que no respetan el protocolo del toque de queda, distanciamiento, mascarilla: los detiene, multa, con la ayuda de la policía. Los mantiene vigilados “con la soga arrastro”.
Hoy, todos conocemos de la pandemia y sus consecuencias ¡basta de atender la población llevándola de las manos como un bebe! El que sale a la calle es mayor de edad, adulto; tiene derecho a decidir su destino. Las lecciones dada por el gobierno sobre el inesperado coronavirus han sido valiosas, enseñan a cuidar el cuerpo. Si alguien decide no atenderse y darse un baño de pandemia, que asuma las consecuencias. Para ellos, deben habilitar hospitales y cementerios.
Ahora procede cuidar la mente, el alma del pueblo. Son muchos los que no saben manejar la soledad. Por el encerramiento en casa, por estar privado de libertad, sin hacer nada, han surgido pinceladas de depresión, ansiedad, tristeza, histeria, más aún si viven hacinados. Debemos reconocer que el gobierno, dentro de lo posible, ha actuado adecuadamente ante esta imprevista pandemia, cuyo origen y medicina se desconocen; enseñando métodos, técnicas para cuidarse. Procede darle a la población la oportunidad de actuar como adulto, no seguir tratándola como un bebé; declararla mayor de edad; que asuma, con firmeza y coraje, las riendas de su vida, las consecuencias de sus acciones.
En el hogar, cuando los progenitores educan adecuadamente los hijos, les abren las puertas sin temor, les permiten volar, con alas propias. Los hijos suelen hablar con su silencio, “nos enseñaste valores, principios, cómo cuidarnos y actuar en buena lid; déjanos dar nuestros primeros pasos solo; déjanos darnos nuestros estrellones y levantarnos solo; en caso de que necesitemos ayuda, la pediremos ¡pero déjanos crecer!
Con las enseñanzas que el gobierno ha dado sobre coronavirus, sin lugar a duda, puede dejar que la población vuele libremente.
Recibe las últimas noticias en tu casilla de email