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24 Abril 2024

La revisión del DR-Cafta

Ante el reclamo de previsibles perjuicios a los productores dominicanos por las desgravaciones a importaciones del extranjero, principalmente de los Estados Unidos.

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Ante el reclamo de previsibles perjuicios a los productores dominicanos por las desgravaciones a importaciones del extranjero, principalmente de los Estados Unidos, establecidas en el acuerdo comercial conocido como DR-CAFTA, que también involucra a países de Centroamérica, hace algún tiempo se nombró una comisión a fin de someter el tema a un cuidadoso y exhaustivo estudio para evaluar su posible impacto negativo en el plano doméstico.

Ahora, distintas agrupaciones de productores cuyas quejas dieron lugar el nombramiento de la comisión, están reclamando se agilicen los trabajos de la misma en la medida en que la marcha inexorable del tiempo va acortando los plazos de desgravación que figuran en el acuerdo.  Esto así, a los fines de gestionar la revisión y modificación del DR-CAFTA en sus términos más lesivos.

Ganaderos, porcicultores, avicultores y productores de huevos y diversos cultivos, principalmente los arroceros que representan nuestro más importante renglón agrícola en términos económicos y laborales, pudieran resultar fuertemente afectados por una competencia difícil cuando no imposible de afrontar frente a agriculturas fuertemente subsidiadas como la estadounidense y la europea. (En el primer caso, 50 mil millones de dólares anuales por los próximos cinco años y en el segundo, también miles de millones de euros anuales).  El sector lechero también está incluido, afectado además por la masiva importación de leche en polvo.  Todos son rubros esenciales para garantizar la Seguridad y Soberanía Alimentaria del país.

Ahora bien… ¿Hasta qué punto será posible lograr la revisión del Tratado?  El Ministro de Industria y Comercio, Juan Temístocles Montás, quien dispone de amplio conocimiento del tema, recuerda que para ello sería necesario previamente lograr el consenso del grupo de países centroamericanos.  Más claro: no existe la posibilidad de que la República Dominicana ni ningún otro firmante del mismo, pueda plantear su revisión en forma individual. Esta solo es viable mediante una petición de carácter colectivo.  ¿Estarían los centroamericanos en esa disposición?  Y ¿en cuáles de los términos del mismo habría consenso para plantear la revisión?  Primer punto a resolver.

El segundo se cifraría en la disposición del gobierno estadounidense, ahora a tenor de la política comercial proteccionista y ventajista anunciada por el Presidente Donald Trump para revisar un tratado que hasta ahora le ha sido altamente beneficioso y cuya modificación limitaría las oportunidades de los exportadores estadounidenses.   Oportuno recordar que hasta la entrada en vigencia del DR-CAFTA, la República Dominicana registraba un moderado superávit en su comercio con los Estados Unidos.  A partir de entonces, en cambio, el déficit comercial, acumulado año tras año, suma miles de millones de dólares en contra nuestra.   Esto reduce las posibilidades de que la Casa Blanca, ahora bajo nuevas y muy diferentes directrices económicas, se muestre proclive a la revisión.

Al señalar esto no pretendemos echar el clásico jarro de agua helada sobre las cabezas de quienes abogan por la revisión. Desde que se firmó el tratado hicimos causa común con quienes advirtieron a tiempo de sus riesgos y desde entonces hemos sido consistentes abanderados de esa posición. Sin embargo,  creemos oportuno llamar la atención sobre el posible escollo que representa el nuevo giro de la política comercial estadounidense auspiciado por el nuevo ocupante de la Casa Blanca,  lo que no resta validez al empeño revisor.  En última instancia, vale recordar que no hay peor gestión que la que no se hace.

Pero a la luz de la anterior realidad,  si consideramos previsor disponer de un plan alternativo para la eventualidad de que la revisión no prospere; decidir que podemos y debemos hacer a fin de salvaguardar en lo posible nuestra estructura productiva y hacerla más eficiente y competitiva.  Un trabajo que involucra y al que deben abocarse en un esfuerzo común el gobierno y a los productores, haciéndolo a conciencia, con tiempo y a tiempo.

Para que como reza el dicho “no nos cojan asando batatas”.

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