Pedro Santana, Buenaventura Báez, Ulises Heureaux, Horacio Vázquez, Rafael Leonidas Trujillo, Joaquín Balaguer, Hipólito Mejía, Leonel Fernández y ahora Danilo Medina no han tenido el más mínimo rasgo de originalidad en sus justificaciones continuistas. Todos han dicho lo mismo: “No es que yo quiera…Es que el pueblo me lo reclama¨. No han tenido el más mínimo recato en hacer de la Constitución un traje ajustado a sus medidas, hecho con el dinero (nunca propio, siempre ajeno) o con la fuerza (esa sí de su exclusiva incumbencia). Y, ¡qué curioso!, nunca ha faltado que un payaso disfrazado de opositor apoye oportunamente.