BRUSELAS.- La tinta utilizada para realizar tatuajes contiene pigmentos de baja pureza, no fabricados específicamente para decorar la piel ni autorizados para su uso en cosmética y que pueden producir riesgos para la salud, según un informe de la Comisión Europea, al que tuvo hoy acceso Efe.
El estudio, que analiza la seguridad de los tatuajes y de los maquillajes permanentes, revela que la mayoría de las tintas utilizadas para tatuar se importan de Estados Unidos y que se puede producir la degradación de sus colorantes en la piel, en particular durante la exposición a los rayos del sol o los rayos ultravioletas, así como al láser.
Cerca del 80 % de esos colorantes utilizados en los tatuajes son orgánicos y más del 60 % son pigmentos azoicos, algunos de los cuales pueden liberar aminoácidos aromáticos cancerígenos, advierte el documento.
Asegura asimismo que en el mercado europeo se han encontrado productos para tatuar o de maquillaje permanente que contenía sustancias químicas peligrosas.
El Ejecutivo comunitario indica que, según las estadísticas, cerca del 12 % de los europeos y del 24 % de los ciudadanos de Estados Unidos están tatuados.
Según el informe, España figura entre los países de la Unión Europea (UE) con una legislación más estricta a la hora de regular los tatuajes, al establecer límites a ciertas impurezas en las tintas, o tener una lista negativa para algunos colorantes.
Advierte por otra parte de la escasa información disponible por ejemplo sobre las complicaciones derivadas de los tatuajes, al no existir una recopilación sistemática de datos.
No obstante, señala que la mayoría de las reclamaciones están relacionadas con el proceso de curación aunque en alrededor del 5 % de las personas tatuadas se pueden producir infecciones bacterianas.
También advierte de la posibilidad de alergias y de una hipersensibilidad.
«Algunas reacciones, frecuentemente exacerbadas por la exposición al sol, son impredecibles» y pueden aparecer a veces después de décadas, según la CE.
Otros efectos adversos, como los desórdenes en la pigmentación de la piel, «pueden afectar a entre el 5 y el 15 % de los pacientes que utilizan una terapia de láser, que no siempre es efectiva a la hora de eliminar totalmente los tatuajes no deseados», advierte el informe.
Los efectos potenciales de la exposición a los químicos presentes en las tintas a largo plazo «todavía se desconocen» y pueden ser importantes en un tiempo, debido al alto número de personas tatuadas.
La CE concluye que hacen falta métodos analíticos armonizados para estudiar las tintas de estos productos y que habría que actualizar los requisitos vigentes para los productos químicos y su etiquetado.
Asimismo, pide buenas prácticas para la buena fabricación de las tintas para tatuar y de directrices sobre su evaluación de riesgos, y en particular de sus ingredientes, en particular de los colorantes.
También alerta de la fragmentación que existe en el mercado debido a las distintas legislaciones, que hacen que algunos productos se puedan vender en unos países de la UE pero no en otros, lo que puede tener un impacto en la protección de los consumidores.
Las conclusiones del estudio tienen por objetivo aportar a la CE pruebas científicas para decidir si hacen falta medidas a nivel de la Unión para garantizar la seguridad de las tintas y los procesos que se siguen para tatuar o llevar a cabo un maquillaje permanente.
En la actualidad no hay una legislación específica europea sobre los tatuajes y aunque algunas sustancias químicas están prohibidas porque pueden entrar en contacto directo con la piel, esas normas no se aplican a las tintas para tatuar.