Madrid.- La Unión Europea (UE) ha reducido en un 22% su dependencia del petróleo procedente de Rusia, aunque no ha conseguido limitar la compra de esta materia prima, según el último estudio de la plataforma Transport & Environment (T&E) publicado este jueves.
En cualquier caso, la demanda de petróleo en el Viejo Continente es «demasiado alta», principalmente por el sector del transporte, apunta el documento, que advierte de que la UE «se ha limitado a sustituir las importaciones de Rusia por petróleo procedente de otros países productores».
Así pues, a pesar de que Rusia ha pasado de representar el 31% de las importaciones de crudo de lfce a UE en marzo de 2022 a solo el 3% un año más tarde, la demanda internacional no ha caído.
Y es que el país ha sido reemplazado por proveedores como Arabia Saudí, Estados Unidos, Noruega, Angola, Brasil o Irak, en un momento en el que la producción y exportación de petróleo está en alza.
El estudio reconoce que España ha eliminado las importaciones con Rusia y ha reducido su «tradicional» dependencia de Nigeria y México.
Sin embargo, ha aumentado la compra de petróleo a Brasil (un 170%), Estados Unidos (un 60%), Angola (un 240 %), Irak (un 40 %) y Canadá (un 62 %), además de elevar su interés en Latinoamérica, con subidas en Colombia, Venezuela, Ecuador y Trinidad y Tobago.
En cuanto a los yacimientos petrolíferos, T&E indica que el incremento del 80% de las exportaciones a Europa procedió de solo 10.
La mayor parte de los crecimientos procedió de Texas, seguido de los yacimientos de Johan Sverdrup (Noruega) y Lula (Brasil).
ATENCIÓN A LOS REFINADOS
Mención especial dedica la plataforma a las importaciones de productos petrolíferos refinados de China e India, las cuales han crecido un 70% y un 13%, respectivamente, en el último año.
En este sentido, T&E se remite a las informaciones que apuntan a que estos países importan petróleo ruso a bajo precio y lo reexportan a la UE en forma de combustible para aviones y gasóleo en el mercado mundial.
Se trataría de una forma de evitar las sanciones impuestas por los Veintisiete, lo que se traduce en «miles de millones de euros» que «han volado» hacia Rusia.
UNA DEMANDA DEMASIADO ALTA
La plataforma afirma que la reducción de las importaciones de crudo ruso era «una oportunidad histórica para recortar el consumo del petróleo» y «limitar la dependencia internacional».
No obstante, el consumo de petróleo en Europa es un 2 % mayor que al inicio de la guerra en Ucrania, a diferencia del de gas, que cayó un 15 %.
T&E explica que la demanda de petróleo debe disminuir si la Unión Europea quiere alcanzar su objetivos climáticos.
Para ello, se debe apostar por «la electrificación del transporte en carretera, la implantación de límites de velocidad y la reducción del tráfico aéreo», además de frenar el desarrollo de nuevos proyectos de explotación.
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