La única ARS sin fines de lucro

Como axioma no debemos olvidar la sabia y categórica sentencia de que “con la vida y la salud no se juega”. Y en este caso eso es precisamente lo que está en juego.

El Servicio Nacional de Salud (SENASA) es la única ARS que opera dentro del Sistema de la Seguridad Social sin fines de lucro.  Es también la mayor del sistema con una nómina de afiliados que en números globales suma 4 millones 800 mil, o sea, más del 48 por ciento de la población total del país, y alrededor de las dos terceras partes de los afiliados al sistema al presente.

Ahora bien: de ese gran total de asegurados, menos de la cuarta parte, exactamente un millón 111 mil 154, pertenecen al llamado régimen contributivo.  Tanto ellos como sus empleadores, sean privados u organismos del sector público, cotizan al sistema.  El resto, o sea, la inmensa mayoría formada por las tres cuartas partes de la nómina de sus afiliados son subsidiados.  La cifra exacta es de 3 millones 658 mil 216, número que crece día a día.  Es decir, reciben los servicios de salud de forma absolutamente gratuita pero con la misma cobertura que los contributivos que están afiliados al régimen  contributivo y a las restantes aseguradoras las cuales funcionan como empresas de capital y carácter privado.  La carga económica  del subsidio corre por cuenta del Estado.

Cada año, por esta época, SENASA rinde informe del resultado de su desempeño en el curso de una amplia rueda de prensa, donde a más de ofrecer datos de su gestión, queda abierta al acucioso escrutinio informativo  de los periodistas que cubren el sector salud.   Tal ocurrió en esta ocasión donde su directora, la doctora Mercedes Rodríguez, agotó un detallado informe sobre la labor de la aseguradora, sus logros, gestión y estado financiero, necesidades y nuevos proyectos.

Hay datos y cifras adicionales a las anteriores que permiten reflejar con mayor precisión el importante papel que juega    SENASA dentro del sistema de la Seguridad Social, y la forma en que está siendo gestionada y prestando sus servicios.

En la medición de transparencia de los organismos públicos, alcanzó el elevado puntaje de 96 por ciento, contando además con la certificación de normas calidad ISO 9001: 2015 y exhibiendo de galardón la Medalla de Plata como Premio Iberoamericano a la Calidad.

Otro dato de suma importancia: los gastos administrativos que en el caso del disuelto IDSS llegaron a absorber la mayor parte de los fondos aportados por los trabajadores, en SENASA representan apenas el 7.75 por ciento de sus ingresos pese a la complejidad que implica manejar los masivos servicios de salud que cubre.

Los valores autorizados recibido durante el pasado año por servicios de salud ascendieron a la importante cifra de 16 mil 247 millones 730 mil 157 pesos, suma superior en un 17.7 por ciento al mismo período del 2018.  Este volumen da una idea de la amplitud de la cobertura que ofreció a sus afiliados. En la variada nómina de estos figuran  90 mil  671 policías, 63 mil 29 pensionados y 104 mil 504 militares.  Las trabajadoras domésticas también disfrutan de la misma cobertura. Y hasta septiembre pasado, habían sido incorporados 109 mil 364 adultos mayores.

SENASA cuenta con ocho mil prestadores de servicios.  Es la red más amplia del sistema.  El pago a estos, que tradicionalmente en el caso de  la mayoría de los organismos públicos goza fama tradicional de dilatarse en exceso,   se toma en su caso apenas un máximo de 27 días, por lo que mantiene sus compromisos al corriente lo que le permite recibir con la misma prontitud y sin interrupción los servicios y bienes de sus suplidores.

Ahora bien, ahora mismo se ha presentado un pero. SENASA no dispone de recursos para afrontar la elevada erogación adicional que representa la anunciada ampliación de cobertura acordada por el Consejo Nacional de la Seguridad Social tanto en medicamentos, diagnósticos, procedimientos y tarifa de servicios médicos, por lo que solo podrá otorgar esos beneficios adicionales a los afiliados del régimen contributivo, no así a los subsidiados.  Para ello requiere de un aporte adicional de al menos dos mil millones de pesos.  Cabe esperar que le sean entregados.  Es  una suma inferior a la que costarán las elecciones municipales.  Y si en estas  se encuentra en juego la administración de los gobiernos locales, en el de SENASA se trata de la salud y en alguna medida la vida misma de más de cuatro millones seiscientos mil dominicanos que dependen de sus servicios.

Como axioma no debemos olvidar la sabia y categórica sentencia de que “con la vida y la salud no se juega”. Y en este caso eso es precisamente lo que está en juego.