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La victoria de los cangrejos

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Los morbosos que han comenzado a leer este artículo inducidos por su título, pensando que trata sobre el resultado de las recientes elecciones, quedarán frustrados, pues hoy escribimos sobre historia patria.

En 1655 Cromwell envió a nuestra isla desde Inglaterra una flota de 38 navíos de guerra con entre 8,000 y 9,000 soldados encabezada por el almirante William Penn y el general Robert Venables para convertir a la isla en colonia inglesa. Para esa época los once pueblos de toda la isla Española apenas sumaban 6,179 personas, incluidos los niños, por lo que el ejército inglés excedía la totalidad de la población. La ciudad de Santo Domingo apenas contaba con 2,977 habitantes. Unos 600 lanceros, cuya única experiencia “militar” era matar vacas para utilizar sus cueros, fueron los únicos que enfrentaron a ese ejército. Sin embargo, después de 22 días los ingleses optaron por desistir y partieron hacia Jamaica, otra colonia española, la cual sí fue tomada deviniendo en colonia inglesa y es por eso que nosotros seguimos hablando español y los jamaiquinos inglés. Unos 2,000 ingleses murieron y tan sólo sesenta españoles y criollos. Si los ingleses hubieses conquistado la isla, por ser superiores a Francia en aquella época, Haití nunca hubiera surgido en la parte oeste.

En nuestras escuelas se enseñaba que la victoria se debió, en gran parte, al susto que recibieron los ingleses en la playa de Haina, donde desembarcó parte de su ejército, al oír durante las noches un ruido que pensaban era la caballería de Santo Domingo, cuando en realidad eran los cangrejos caminando encima de hojas de uva de playa y golpeándose los caparachones. Antonio del Monte y Tejada, nuestro pionero historiador, en 1890 se refirió a la tradición de la acción de gracias de la “fiesta de los cangrejos” en nuestra catedral los 14 de mayo, fecha en que partió la flota. Manuel de Jesús Troncoso de la Concha en sus “Narraciones dominicanas” también hace referencia a “la victoria de los cangrejos”.

Siempre había pensado que eso era un mito. Estoy escribiendo un libro sobre el porqué de ese gran fracaso de los ingleses, pero en base a utilizar las versiones de los propios ingleses sobre el conflicto bélico, algo nunca antes hecho por historiadores dominicanos y que espero poder terminar pronto, si es que los nuevos  compromisos que voy a asumir me lo permiten.

Para mi sorpresa he localizado el diario de un oficial inglés de esa expedición quien con relación a Haina escribió: “Aquí abundan los grandes cangrejos, los que se esconden en los bosques y de noche siempre salen de sus cuevas para comer y son tantos que mientras caminan se tocan las patas con las de otros, lo que hace un ruido como de maracas. Ese ruido alarmó a muchos en nuestro ejército durante la noche, pensando que la causa del mismo eran las bandoleras de los soldados y algunos se tiraron al mar por miedo de que fuesen los matadores de vacas, pero tan sólo eran cangrejos”. Probablemente a través de ingleses capturados los habitantes de la isla se enteraron del asunto.

En agradecimiento a los bravos soldados hemos honrado al gobernador de entonces, Bernardino de Meneses Bracamonte y Zapata, Conde de Peñalva, dando su nombre a la principal puerta de nuestra muralla colonial y un par de calles de la ciudad capital llevan el nombre de los líderes de los lanceros jarreteadores de vacas Juan de Morfa y Álvaro Garabito, pero en cuanto a los crustáceos, nada.

Lamentablemente cuando en 1916 y 1965 los infantes de marina norteamericanos desembarcaron, al igual que los ingleses anteriormente, en la playa de Haina, no le hicieron mucho caso a los cangrejos. El cambio ecológico, ha hecho que hasta desaparezcan del lugar, no molestando ya siquiera a los santos jesuitas enterrados en Manresa.

 

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