REDACCIÓN.- Para Ibrahim Dagga, el fútbol trasciende el ámbito deportivo; es una herramienta poderosa capaz de generar cambios positivos en la sociedad. El joven futbolista venezolano ve en este deporte una forma de unir a personas de distintas culturas, motivar a las nuevas generaciones a adoptar valores como el respeto y la dedicación, y crear un sentido de comunidad que supere fronteras y diferencias.
«El fútbol tiene la capacidad de acercarnos y de hacernos entender que, pese a nuestras diferencias, compartimos metas comunes y podemos aprender a trabajar juntos», afirma Ibrahim.
Uno de los aspectos que Ibrahim considera fundamentales en el fútbol es su capacidad para fomentar valores universales aplicables tanto dentro como fuera del campo. Desde temprana edad, ha comprendido que el respeto hacia compañeros y rivales, la disciplina en el entrenamiento y el trabajo en equipo no solo mejoran el rendimiento deportivo, sino que también impactan positivamente en la sociedad.
Para él, cada partido y cada entrenamiento son oportunidades para aprender lecciones de vida. «Si aplicáramos en nuestra vida diaria los valores que nos enseña el fútbol, viviríamos en una sociedad más conectada y solidaria», reflexiona.
A través de sus redes sociales y su interacción con seguidores, Ibrahim se esfuerza por transmitir esta mentalidad, compartiendo experiencias que demuestran cómo estos principios han sido clave en su carrera y su desarrollo personal.
Como influencer, Ibrahim es consciente del alcance y la responsabilidad que conlleva su presencia en las redes sociales. Para él, ser un líder en este espacio implica más que compartir logros personales; se trata de utilizar su plataforma para inspirar y motivar a otros a vivir con propósito. Ha asumido el compromiso
de demostrar, mediante sus acciones y ejemplos, que el fútbol puede ser una vía para la superación personal y la conexión humana.
Sus seguidores ven en él a alguien cercano, un joven que no solo aspira al éxito, sino que también desea que otros alcancen sus propias metas. En sus publicaciones, comparte tanto momentos de triunfo como situaciones de desafío, recordando a su audiencia que con esfuerzo y convicción es posible superar
cualquier obstáculo.
La visión de Ibrahim para el futuro va más allá de su carrera individual. Sueña con desarrollar proyectos que promuevan el deporte y sus valores en comunidades locales, especialmente aquellas que enfrentan dificultades sociales y económicas. Cree firmemente que el deporte puede ser una alternativa positiva para los jóvenes, alejándolos de situaciones de riesgo y ayudándolos a construir un futuro basado en la disciplina y la superación.
«Me encantaría crear programas donde los jóvenes puedan aprender no solo a jugar, sino también a ser buenas personas», comenta. Este enfoque en e desarrollo integral demuestra su compromiso con una sociedad más justa, en la que el deporte sea un medio de inclusión y progreso para todos.
Ibrahim entiende que ser deportista profesional e influencer conlleva una responsabilidad hacia la sociedad. Ve en el fútbol una plataforma única para influir positivamente en su entorno. Esta convicción lo ha llevado a imaginar un futuro en el que pueda utilizar su influencia y recursos para a poyar a comunidades necesitadas, crear espacios seguros para la práctica deportiva y brindar a los jóvenes oportunidades de desarrollo personal.
Este propósito es una constante en sus reflexiones y planes a futuro. No desea ser recordado solo por sus habilidades en el campo, sino también por el impacto positivo que pueda tener en su comunidad. «Quiero que mi carrera demuestre que el deporte puede cambiar vidas y que, con la actitud correcta, podemos usar nuestras habilidades para mejorar el mundo», afirma con determinación.
Ibrahim Dagga cierra su visión con una idea que refleja el propósito que guía su vida: «El éxito es pasajero, pero el impacto que dejamos en las personas y en nuestras comunidades es eterno. Si puedo usar mi carrera para inspirar a otros y crear oportunidades, habré logrado algo mucho más importante que cualquier trofeo.»
Este mensaje resume su deseo de trascender más allá del terreno de juego y su convicción de que el verdadero valor de un atleta no se mide solo por sus resultados deportivos, sino por el legado que deja en la sociedad.
Con cada paso que da, tanto en el campo como en sus redes sociales, Ibrahim demuestra que el deporte puede ser una herramienta poderosa para inspirar, unir y transformar vidas.