No es extraño que economía más vigorosa del Caribe, su democracia más estable y principal destino turístico reciba visitas importantes, pero unas alborotan más que otras, como ha ocurrido con el presidente interino y director ejecutivo del banco para inversiones de Estados Unidos en el exterior, conocido como OPIC, por las siglas en inglés.
¿ A qué vino el señor David Bohigian?
Ante pregunta periodística sobre la posibilidad de una reforma constitucional para permitir una nueva postulación del presidente Danilo Medina, se pronunció a favor de que se respeten los pactos y que se mantengan las reglas en base a las que se ha resultado electo, enfoque que hace pensar que llegó a contener los aprestos reeleccionistas.
Resulta que también se inmiscuyó en las relaciones diplomáticas y comerciales de la República Dominicana con China, invitándonos a revisar sus resultados para validar la posición estadounidense de que la potencia asiática promete lo que no cumple, insinuando que ese era el interés de su visita.
Pero como en política nada habla con mayor elocuencia que los hechos, la visita porta otros mensajes que traducen en espaldarazo al presidente Medina: disponibilidad inmediata de financiamientos para inversiones, y un clima de confraternidad reflejado en el encuentro que indica, contrario a los que algunos desearían, que las relaciones entre ambos gobiernos son inmemorables.
Para nada el planteamiento de Bohigian hace esquina con la carta que el senador demócrata, Bob Menéndez, dirigió al secretario de Estado, Mike Pompeo, invitándole a injerenciar para que el Congreso de República Dominicana no produzca una reforma constitucional, porque aunque ambos planteamientos coinciden fueron expuestos en tonalidades distintas.
No cabe duda de que la posición que adopte el presidente Donald Trump frente a ese tema, sería decisiva, razón por la cual el lobby frente al gobierno y sectores de poder en los Estados Unidos es en estos momentos uno de los escenarios de la confrontación política criolla, pero así como que dos más dos son cuatro, difícilmente el presidente Trump vaya por el mismo trillo de sus adversarios políticos.
La agenda que cumple la visita del presidente de OPIC fue la trazada por el presidente Donald Trump en la cumbre que celebró en su residencia de Mar a Lago, en La Florida, con un grupo de países caribeños a los que ha decidido apadrinar por dos razones básicas: neutralizar la presencia china y mantener la alianza contra el régimen venezolano.
En esa reunión se declaró a la Mancomunidad de las Bahamas, Santa Lucía, Jamaica, Haití y República Dominicana en status prioritario para las inversiones que Estados Unidos lleva a cabo a través de OPIC, y se anunció la visita de delegaciones que vendrían a focalizar los nichos de financiamientos.
En la práctica RD ha vuelto a un mecanismo del que estaba ausente desde 1994, que hasta entonces y desde 1974 había recibido 387 millones de dólares en inversiones y seguros, pero después cesó el canal de financiamientos por la falta de un protocolo que permitiera que las empresas locales pudiesen clasificar.
La visita de Bohigian también ha despertado la reacción de China a través de su embajador en la RD, la denunció como intento por dañar: “La cooperación china-dominicana es tan justa como transparente y no se dirige contra ninguna tercera parte. También esperamos que otros países puedan respetar las relaciones chino-dominicanas”,pero esa solicitud de que se revisen los resultados, también habrá de tener efectos positivos.