Cuidar el jardín relaja y reduce el estrés, estimula la mente y nos conecta con la naturaleza. Lograr que una planta crezca y florezca nos da satisfacción y sentido de logro.
Este ladrón de orquídeas se roba cada una de esas emociones positivas cuando penetra en las viviendas y desprende de un jalón todo el tiempo que las personas les dedican a sus plantas.