Redacción Ciencia.- El balbuceo es un comportamiento poco frecuente en el reino animal, pero las crías de murciélago de sacos lo hace con unos rasgos muy parecidos al de los bebés humanos, según un estudio que publica hoy Science.
Un equipo encabezado por el Museo de Historia Natural de la Universidad de Berlín investigó el balbuceo de las crías del murciélago de sacos (Saccopteryx bilineata), una de las pocas especies, junto a algunos pájaros cantores, que se ha demostrado que practica ese comportamiento.
Los investigadores, liderados por Ahana Fernández, estudiaron veinte crías de murciélago en su hábitat natural en Panamá y Costa Rica y luego compararon los rasgos de su balbuceo con los que caracterizan al de los bebés.
Los autores no solo encontraron pruebas claras de un comportamiento de balbuceo en las crías de este murciélago, sino también que es sorprendentemente similar al de los humanos.
Los murciélagos producen llamadas y cantos sociales, como los pájaros, y los machos los usan para defender su territorio o para atraer a las hembras.
No hay que pensar que estos animales son capaces de producir sílabas humanas, como algunos loros, pues los sonidos que utilizan son muy diferentes.
«Los llamamos sílabas, elementos rodeados de silencio, porque los murciélagos adultos combinan varias sílabas en diferentes tipos de vocalización», explicó a Efe Mirjam Knörnschild, una de las firmantes del artículo.
«Cuando balbucean, los tipos de sílabas adultas y las sílabas únicas de las crías se mezclan en largos balbuceos», agregó Knörnschild, del Museo de Historia Natural de Berlín.
Esta práctica en los murciélagos se caracteriza por los mismos ocho rasgos que en los niños pequeños, entre ellos, la ritmicidad, la repetición de sílabas y que es multisilábico. Además, se trata de un comportamiento que empieza muy temprano en el desarrollo, destacó la investigadora.
El estudio sugiere que estos componentes compartidos pueden tener mecanismos específicos similares en otros mamíferos con aprendizaje vocal, que quizás también balbuceen, como los delfines, la nutria gigante en el Amazonas o la rata topo desnuda.
Durante su desarrollo, las crías de murciélago de sacos pasan una media de siete semanas con un comportamiento de balbuceo diario, que se caracteriza por largas secuencias vocales multisilábicas, las cuales incluyen tipos de sílabas del repertorio vocal de los adultos.
Se trata de un «comportamiento vocal muy llamativo», es audible a una distancia considerable del dormidero, puede durar hasta 43 minutos y, mientras lo practican, aprenden el canto de los machos adultos, destacó otra de las autoras, Martina Nagy, en un comunicado del Museo.
A diferencia de los pájaros cantores, en los que solo balbucean los machos jóvenes, en el caso de los murciélagos lo hacen tanto los machos como las hembras.
Para recoger los datos, los murciélagos se habituaron a la presencia de los investigadores en las proximidades de sus dormideros, lo que permitió realizar grabaciones acústicas diarias y grabaciones de vídeo complementarias desde el nacimiento hasta el destete.
«Trabajar con crías de murciélagos silvestres es una oportunidad única porque permite observar y registrar un comportamiento complejo en un entorno completamente natural e inalterado», destacó Fernández, citada por el Museo.
Estos descubrimientos son para Knörnschild «un paso adelante importante en el estudio del aprendizaje vocal. El hecho de que los murciélagos jóvenes pasen por una etapa de balbuceo (práctica vocal) con tantas similitudes con los humanos seguramente no es casual».
La investigadora considera que estos hallazgos «sugieren que existen profundos paralelismos entre cómo los humanos y los murciélagos jóvenes aprenden a controlar su aparato vocal».
Este estudio contribuye al campo interdisciplinar de la biolingüística, que se centra -recordó- en los fundamentos biológicos del lenguaje humano para estudiar su evolución.