Sirve este proceso electoral como treta, y para resolver delitos, crimines y desmanes cometidos en la Administración Pública. Con ver la conformación del Comando de Campaña del Presidente Medina, quedan eliminadas todas las dudas y se confirma la certeza de nuestra hipótesis.
Quieren los funcionarios borrar todas las evidencias de sus tropelías y pasar las páginas oscuras de estos cuatro años de gestión. Están obligados a ganar como quiera, aunque tenga que desmedrar y desmadrar todo el Estado. Es incontestable la intención de que los próximos cuatro años de Gobierno, tapen todo indicio, pero mejor, si el tiempo se ocupa del olvido ciudadano.
Prefiere el Presidente la amnistía social frente a los daños morales, éticos, electorales, democráticos y políticos provocados al Presidente Fernández y a sus seguidores. Piensa usar el triunfo electoral para justificar los abusos democráticos a las instituciones y organismos del Estado. Pues sabe que su candidatura está basada en la quiebra constitucional y la perversión política del Congreso Nacional.
Buscan afanosamente el indulto democrático, a fin de cerrar las grietas provocadas en todo el Sistema de Partido, al usar los fondos públicos para alcanzar acuerdos y pactos políticos y electorales, mediante el reparto de los cargos públicos.
Persiguen el perdón en estas elecciones por la ofensa democrática a muchos de sus compañeros de partidos, al violarle sus derechos a elegir y a ser elegido. Pues estas violaciones también se perpetraron contra miembros de partidos aliados y contra toda población electoral del país. Sienten la culpabilidad y la vergüenza social, ética y política por los ataques cometidos contra el Sistema de Justicia para alcanzar la candidatura.
Usan las elecciones como absolución de sus pecados democráticos al lanzar una campaña simulada contra la corrupción administrativa, que solo buscaba acorralar al Presidente Fernández y sus colaboradores cercanos. De la misma manera, que usaron, desde el Palacio Nacional, a Quirino Paulino, para que acusara directamente al Presidente Fernández, por una deuda con este narcotraficante.
Huyen de la condena democrática, política y social con el triunfo electoral. Pues repetir en el poder posicional del Estado, le permitirá la gracia de curar las heridas causadas.
Sienten la codicia de ganar las elecciones, sí o sí. Es que el sarpullido de la culpabilidad les incita a rascarse cognitivamente pues el frenesí que les provoca la culpabilidad les hunde en la angustia de la imposibilidad electoral. Pasan por alto estos señores que en la interacción social se producen dinamismos ascendentes y decentes, los cuales nos ennoblecen o nos encanallan, cuando perdemos de vista que toda acción política comienza con la colaboración del otro. Cuidado con todos los daños provocados contra Leonel Fernández.