Redacción Internacional.- Las fuertes lluvias y las inundaciones en varios países del centro de Europa están dejando decenas de muertos y daños considerables en viviendas e infraestructuras, en especial en Alemania, con un centenar de fallecidos y, en menor medida, en Bélgica, con una veintena.
Alemania es el foco principal de esta tragedia, ya que al menos 103 personas han muerto en el oeste del país a causa de las inundaciones provocadas por las devastadoras lluvias.
En Renania del Norte Westfalia se han alcanzado los 43 muertos. Mientras en Renania-Palatinado se ha llegado a sesenta víctimas mortales.
La Policía teme que la cifra siga aumentando en las próximas horas dado que todavía hay varios cientos de personas desaparecidas.
El número de desaparecidos es difícil de estimar con certeza ya que, según una portavoz del distrito de Ahrweiler, el alto número de personas reportadas como tales – unas 1.300 – puede estar relacionado con que ha habido un colapso de las líneas de telefonía móvil por lo que muchas de ellas no han podido ser contactadas.
Las inundaciones han causado cortes de carreteras y de centenares de kilómetros de líneas de ferrocarril.
Las autoridades han advertido de que la gente debe apartarse de las cercanías de los ríos y que no entren en sótanos inundados puesto que existe el peligro de sufrir descargas eléctricas.
En total, según el Ministerio de Interior, hay 15.000 personas trabajando en las labores de rescate. Algunas localidades especialmente amenazadas han tenido que ser evacuadas, lo que ha afectado a miles de personas.
El ministro alemán de Interior, Horst Seehofer, atribuyó las devastadoras inundaciones en el oeste del país a la crisis climática y pidió acelerar las medidas para hacerle frente. «Nadie puede dudar de que esta catástrofe está relacionada con la crisis climática», dijo Seehofer en declaraciones a la revista «Der Spiegel».
En Bélgica las lluvias torrenciales han dejado ya entre 22 y 23 muertos, según distintas fuentes, así como cuatro desaparecidos, según el último balance ofrecido por las autoridades este viernes, tras unas inundaciones que han causado enormes destrozos, sobre todo en la región sur de Valonia, cuyo Gobierno va a declarar el estado de desastre natural.
Las inundaciones han dejado carreteras cortadas, tráfico ferroviario interrumpido, unas 20.000 personas sin electricidad e incluso viviendas sin agua potable, tanto en la provincia de Lieja como en muchas otras localidades del sur del país.
La mayor parte del territorio de Valonia, cuyo Gobierno se reunió este viernes para analizar los daños, sigue bajo alerta de inundación, donde el cauce de los ríos ha alcanzado niveles sin precedentes en las últimas horas.
En Francia los servicios meteorológicos mantienen este viernes en alerta naranja por riesgo de inundaciones a 13 departamentos del noreste del país, en una zona fronteriza con Bélgica y con Alemania, por las lluvias que se esperan.
Las principales amenazas, además de las crecidas de algunos ríos, están en la posibilidad de que localmente se desencadenen avalanchas de barro en zonas con mucha pendiente, según Méteo France.
La línea de ferrocarril entre Thionville y Luxemburgo está interrumpida desde el jueves por el efecto de las lluvias en algunos de sus tramos y debería permanecer cerrada hasta última hora del domingo. Los convoyes regionales y los trenes de alta velocidad que la utilizan han tenido que anularse y se han habilitado autocares de sustitución.
En Luxemburgo, donde en algunas zonas se llegaron a registrar hasta 100 litros de lluvia por metro cúbico, el gobierno de Xavier Bettel declaró en la tarde de ayer el estado de desastre natural por la «dramática situación» que vive el país, en el que por ahora no hay que lamentar víctimas mortales.
También el gobierno neerlandés declaró en la noche del jueves el estado de catástrofe natural en Limburgo, limítrofe con Alemania, lo que supondrá que el Estado se hará cargo de cubrir parte de los daños materiales provocados por la situación.
Miles de vecinos de esa provincia del sureste de Países Bajos han sido evacuados como medida de precaución por la subida del nivel de agua en los ríos tras las fuertes lluvias de los últimos días, que han dejado importantes daños materiales, aunque hasta este viernes no se han registrado muertos.
Mientras tanto, en Suiza las autoridades siguen manteniendo la máxima alerta en los lagos de Biena, Thun y los Cuatro Cantones, que han llegado a desbordarse esta semana, y hay niveles moderados en otras zonas del país, ante el temor a nuevas inundaciones debido a las persistentes lluvias del último mes y medio.
El presidente suizo, Guy Parmelin, visitó el jueves las ciudades de Lucerna (a orillas del lago de los Cuatro Cantones) y Biena, para analizar la situación de unas inundaciones que han anegado numerosas viviendas en esas zonas, aunque por ahora no se han registrado daños personales.
En muchas zonas del país helvético se han emitido mensajes de alerta a la ciudadanía, recomendando limitar los desplazamientos y no aproximarse a ríos y lagos.
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