NUEVA YORK.- La mayoría de las grandes empresas estadounidenses han optado por guardar silencio sobre el aborto, después de que el pasado lunes se filtrara un borrador del Tribunal Supremo que, de salir adelante, supondría la ilegalización del aborto a nivel federal y dejaría su regulación a los estados, muchos de los cuales están legislando para prohibirlo.
Hasta el momento, solo un puñado de corporaciones se han posicionado a favor y algunas, como Amazon o Citigroup, han anunciado incluso medidas para apoyar a las trabajadoras que quieran abortar en estados en los que se han aprobado leyes restrictivas con el derecho al aborto.
Un total de 23 estados de tendencia conservadora han legislado contra el aborto, obligando a las mujeres que quieran interrumpir su embarazo a viajar a otros, lo que pone en un gran aprieto a las personas más pobres que no pueden permitirse los gastos que conlleva el desplazamiento y la intervención médica.
Una larga lista de grandes corporaciones como Wallmart -la mayor cadena de supermercados del país-, las principales entidades financieras, las aerolíneas, empresas de entretenimiento como Walt Disney o gigantes tecnológicos como Microsoft han evitado tomar partido o dar su opinión.
EL BENEFICIO POR DELANTE
Tradicionalmente, las empresas estadounidenses evitan pronunciarse políticamente para no suscitar el eventual rechazo de parte de sus clientes o posibles represalias políticas.
Una tendencia que, sin embargo, cambió significativamente durante las protestas antirracistas que estallaron en el país en mayo de 2020, tas la muerte del ciudadano negro George Floyd a manos de un policía blanco y que empujó al mundo empresarial a expresar públicamente su rechazo al racismo.
Recientemente, Walt Disney se vio inmerso en una polémica en Florida por la ley conocida como «Don’t say gay» (No digas gay), que prohíbe tratar cuestiones sobre orientación sexual y género en centros escolares hasta tercer grado.
Antes de la aprobación de esa ley, los creadores de Mickey Mouse o el pato Donald no se pronunciaron, pero la criticaron una vez que fue aprobada, lo que llevó al Congreso de ese estado conservador a tomar represalias y aprobar una ley para reducir la autonomía que la icónica marca de entretenimiento gozaba en Florida.
Según una reciente encuesta del centro Pew Researchs, un 61 % de los estadounidenses consideran que el aborto tiene que ser legal en todas o en la mayoría de las circunstancias, mientras que un 37 % es de la opinión contraria, que debería ser ilegal en todos o casi todos los casos.
Una división que parece estar detrás de las reservas de los comités directivos de tomar una postura a favor o en contra de lo que pueda decidir el Tribunal Supremo.
UNA DECISIÓN QUE NO SE ESPERA HASTA JUNIO
A la preocupación por las consecuencias de una determinada postura ante un tema tan divisivo como el aborto, se suma el hecho de que la filtración ha pillado a contrapié a todo el país, ya que el pronunciamiento definitivo de la Corte Suprema no se espera hasta el próximo junio.
Aunque dada la clara mayoría de jueces conservadores en este órgano (seis), frente a los progresistas (tres), políticos y activistas favorables a la interrupción del embarazo temen que su decisión favorezca al que se denomina «campo pro vida».
Lo que sí se han escuchado son las voces de políticos y activistas de la sociedad civil que no quieren ver cercenado este derecho a nivel federal, y que está vigente desde 1973.
Desde concentraciones en las principales ciudades del país, hasta denuncias de políticos demócratas, con el presidente Joe Biden a la cabeza, la repulsa a una eventual prohibición de este campo ha sido clara.
LAS MEDIDAS EMPRESARIALES HASTA LA FECHA
A finales de 2021, coincidiendo con una ley en Texas que prohíbe el aborto después de las seis semanas de gestación, más de 50 empresas estadounidenses, entre las que destacaban el servicio de reseñas por Internet Yelp, el fabricante de ropa Patagonia o la aplicación de transporte Lyft, firmaron una declaración oponiéndose a la nueva legislación.
Algunas compañías como Lyft, Uber o Levi Strauss han ido más allá y han introducido medidas de apoyo a las trabajadoras que necesiten un aborto como parte de su plan de ampliación de cobertura médica en aquellas regiones donde las leyes ponen trabas a este derecho.
En reacción a la decisión de los legisladores texanos del pasado diciembre, la empresa de servicios de computación en la nube Salesforce ofreció reubicar a sus empleadas de Texas en sedes en otros estados.
Por su parte, el gigante de las compras por internet Amazon fue la última empresa en sumarse a estas medidas y el lunes anunció que cubrirá los costos de viaje de sus trabajadoras en Estados Unidos.