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Las hormonas no explican todo

La característica más evidente de la llegada de la menopausia es el cese de la menstruación y este ocurre alrededor de los 50 años.

Previo a la menopausia la mujer está sometida a fluctuaciones hormonales que producen cambios graduales en su cuerpo.

Las experiencias negativas  que viven las mujeres en esta etapa de su vida, no se pueden sustentar únicamente en la perdida de estrógeno.

Los problemas característicos de la menopausia  son la resequedad vaginal, la reducción de la masa ósea llamada osteoporosis, el incremento de los problemas cardiacos, y la aparición  o aumento de varices.

Para tratar a las mujeres en la menopausia hay que evaluarlas en su entorno.  En nuestra cultura occidental, la sociedad valora de forma excesiva la belleza de la juventud y el papel de maternidad es fundamental.  Sin despreciar que el  término menopausia ha sido utilizado de forma despectiva o como sinónimo de enfermedad hormonal por lo que la llegada de la menopausia puede llegar a convertirse en un suceso estresante.

Muchas mujeres están  sometidas a una preocupación por el atractivo físico y  las huellas del tiempo.  No es de extrañarnos que vivan de forma  dramática la menopausia.

La llegada de  la menopausia coincide con la salida de los hijos de la casa, y si  estas mujeres han asumido el papel de madre como único proyecto de vida, es lógico que se sientan tristes.

En ocasiones las parejas no son compañeros y  al dejar de vivir con los hijos, se encuentran como dos extraños, en ese momento aparecen los conflictos que podrían destruir la relación.

El sexo a partir de la menopausia no debe mermar, pero si antes de la menopausia la pareja tenían poco sexo han encontrado la mejor justificación. Deben valorarse cambios en la sexualidad masculina propios de la edad.

Los altercados dentro de una relación de pareja,  un divorcio, y los problemas de la vida sexual  disminuyen  la calidad de vida, conduciendo a problemas con el sueño,  episodios depresivos y/o de ansiedad  tanto  en las mujeres jóvenes como a las maduras. No es intrínseco de la menopausia.

Las mujeres menopaúsica que están sometidas a estrés presentan más sofocos o calores.  Es frecuente que estas mujeres  carguen con el cuidado de los nietos y/o de los  padres enfermos.  El trabajo de cuidadora es estresante y poco valorado.

Cuando  la mujer madura es considerada importante por su experiencia  y se encuentra integrada  en la sociedad, apenas refiere sintomatología relacionada con la menopausia, pero aquellas que refieren malestar, los síntomas de la menopausia son reales  y requieren tratamiento.

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