Las nueve vidas de Wipfler

Acaba de partir hacia el infinito ámbito de los seres superiores el reverendo William L. Wepfler, un sacerdote episcopal que empezó su ministerio en la República Dominicana en plena Era de Trujillo y quedó atado a nosotros para siempre, pero cuyos méritos traspasan el inmenso territorio de Estados Unidos, y recorren todo el continente, hasta la Tierra del Fuego, donde no hubo dolor humano que no hiciera propio.

Acaba de partir hacia el infinito ámbito de los seres superiores el reverendo William L. Wepfler, un sacerdote episcopal que empezó su ministerio en la República Dominicana en plena Era de Trujillo y quedó atado a nosotros para siempre, pero cuyos méritos traspasan el inmenso territorio de Estados Unidos, y recorren todo el continente, hasta la Tierra del Fuego, donde no hubo dolor humano que no hiciera propio.

Por todo el continente hay gente que celebra en estos días la vida de este inmenso personaje que encarnó como pocos las virtudes y los mandamientos cristianos de buscar a Dios a través del amor al prójimo. Y tanto amó que no es posible llorarlo, sino celebrar sus nueve vidas, como le contaron hace justo dos años, en un homenaje que le rindieran en el Seminario de Nueva York donde fue ordenado en 1955.