Las preprimarias del danilismo

Por su parte, el leonelismo navega con tranquilidad porque nunca ha habido una opción diferente a Leonel. Ni siquiera Margarita Cedeño, a pesar de sus buenos números de aprobación, pudo pasar.

El PLD ha navegado por más de dos décadas con los liderazgos de Leonel Fernández y Danilo Medina. Forjaron un partido fuerte que, el enfrentamiento entre ellos debilita ahora.

En vez de fortalecer la democracia interna del partido, ambos han utilizado la maquinaria partidaria para fortalecerse políticamente. Pero tres presidencias de Leonel Fernández y dos de Danilo Medina agotan esos liderazgos, porque, a pesar de los apoyos que reciben los presidentes y expresidentes, la sociedad dominicana, como cualquier otra, espera relevos y cambios.

La inhabilitación de Danilo Medina para una nueva repostulación en el 2020 ha generado en el PLD nuevas precandidaturas presidenciales en ese sector, y, para enfrentar a Leonel Fernández, tuvieron que acordar unas preprimarias por razones obvias: si todos los precandidatos iban de manera individual, hubieran dado ventaja a Fernández.

Después del discurso de Medina de no respostulación para el 2020, los seis precandidatos que se habían constituido inicialmente como grupo soltaron sus aspiraciones. Pero, la aparición de Gonzalo Castillo hizo ruido y, desde entonces, los precandidatos del danilismo han estado quejándose y bailando en la cuerda floja. Los que ya han desertado han encontrado a quien culpar: el mismísimo Estado del que son parte. ¡Uy! ¿Qué le dejarán a la oposición?

De ocho precandidatos del danilismo, lo preferible hubiese sido que los más débiles se retiraran antes del lunes, de manera que las encuestas pudieran medir mejor las preferencias por los restantes. ¡Pero no! En la República Dominicana nadie se retira tranquilo de las aspiraciones políticas. Las deserciones, en vez de tomarse como parte del proceso de eliminación de las precandidaturas más débiles, generan iras, denuncias, declaraciones públicas y chismes con connotaciones políticas.

Así es que, ojo: ¡sí!, en el danilismo hay tensión en la selección de una precandidatura que represente ese sector.

¿Y es que alguien pensó que los perdedores se quedarían tranquilos en el fracaso? Quien así asumió conoce poco la política dominicana. En este país nadie acepta con responsabilidad la derrota; siempre hay un culpable externo. En la política es generalmente el Estado (léase, los recursos públicos).

Danilo Medina acuñó en el 2007 la expresión “me venció el Estado” que ahora utilizan algunos de sus pupilos. Pero tal y como dije en aquel entonces, el Estado no venció a Medina; Leonel Fernández tenía todas las de ganar la nominación porque para el año 2007 la economía dominicana había comenzado a recuperarse después de la crisis de 2003-2004 y existía constitucionalmente la opción de la repostulación inmediata, que había introducido Hipólito Mejía en el 2002. Por eso, lo esperable era que Leonel Fernández ganara la candidatura presidencial del PLD en las primarias del 2007.

La cantidad de ocho precandidatos danilistas que se han disputado la representación de ese sector en las preprimarias tendrá que reducirse a uno, y es probable, por lo que se ha visto hasta ahora, que algunos de los contrincantes queden muy molestos, y hasta se pasen al leonelismo, si encuentran ahí ofertas atractivas. Es un mercado político. Así que, esperen acomodaciones.

Las primarias se enfocarán entre Leonel Fernández y el llamado delfín del danilismo. Quien se aventure a participar solo en las primarias del PLD fracasará sin dinero y sin estructura partidaria.

Por su parte, el leonelismo navega con tranquilidad porque nunca ha habido una opción diferente a Leonel. Ni siquiera Margarita Cedeño, a pesar de sus buenos números de aprobación, pudo pasar.

Queden atentos pues a cómo se redefine el campo peledeísta la próxima semana.