Washington.- Las temperaturas permanecen este lunes heladas en gran parte del este de Estados Unidos tras el paso de la tormenta invernal Elliot, que ha dejado casi 40 muertos en las Navidades más frías de las últimas décadas.
«Gran parte del este de Estados Unidos seguirá congelado este lunes y comenzará una tendencia a la moderación el martes», informó en un comunicado el National Weather Service (NWS).
El organismo advirtió que en algunas zonas sigue siendo «peligroso» viajar por carretera a raíz de la nieve, pero pronosticó que las condiciones mejorarán dentro de un par de días.
El sistema eléctrico sigue restableciéndose tras el impacto de la nieve y los vientos huracanados. Unos 100 mil usuarios siguen a oscuras, principalmente en los estados de Maine y Nueva York, según el rastreo del portal Power Outage.
Durante el paso de Elliot, una tormenta provocada por un frente de aire ártico, perdieron la luz cerca de 1,7 millones de usuarios, entre hogares y negocios.
El alcance de la tormenta ha sido casi sin precedentes, extendiéndose desde los Grandes Lagos, cerca de Canadá, hasta el río Grande (río Bravo) a lo largo de la frontera con México.
Más de 200 millones de estadounidenses, alrededor del 60% de la población, se ha enfrentado a algún tipo de aviso o advertencia relacionado con el clima invernal, y las temperaturas cayeron drásticamente por debajo de lo normal desde el este de las Montañas Rocosas hasta los Apalaches.
Casi 40 personas han fallecido por el frío, atrapadas en sus vehículos o en accidentes de carretera por las heladas, según medios locales.
La ciudad de Búfalo, en el estado de Nueva York y fronteriza con Canadá, ha vivido el peor invierno que se recuerda, con al menos 16 muertos. Los cuerpos fueron encontrados en casas, vehículos y en la calle.
La ciudad ha quedado totalmente cubierta de nieve y su aeropuerto permanece cerrado.
También ha habido fallecimientos por accidentes o por el frío en Kansas, Misuri, Vermont, Colorado, Ohio y Wisconsin, según la prensa local.
Elliot provocó miles de retrasos aéreos y la cancelación de cerca del 20 % de los vuelos en la víspera de Nochebuena y Navidad, cuando miles de personas intentaban reencontrarse con sus familias.
En varias ciudades de la costa este e incluso de Florida, los termómetros marcaron mínimas que no se veían desde las Navidades de 1983.
La ciudad de Nueva York vivió el día de Navidad una temperatura mínima de 10,5 °C bajo cero, algo no visto desde 1872. Washington, la capital estadounidense, estuvo a 10 °C bajo cero, la Navidad más fría desde 1983, y los termómetros en Tampa, en Florida, bajaron de los cero grados, algo que no ocurría desde 1966.