Para quienes leen mis escritos con regularidad, sabrán que no suelo escribir sobre temas políticos. Mi pasión más grande es y será siempre la escritura, pero con el fin de fomentar las artes, el uso de fragancias que nos hagan más felices y de adornar con flores. En nuestro país, vemos trinitarias por todos lados. Trinitaria, como las de Duarte y las que se asocian a los valores sobre los que se fundó nuestra patria. Mi padre desde siempre nos ha enseñado sobre la importancia de los símbolos patrios y es la persona que más admiro por su fuerte convicción de querer hacer el bien, de demostrar que debemos perseguir con esmero nuestros sueños y aceptar con humildad lo sensible que podemos ser ante ellos, porque es difícil encontrar a otros que velen por el bien común y no solo el de su bolsillo.
Hoy, treinta de mayo, he decidido abordar un tema que parecería estarse echando al olvido, especialmente en mi generación y las que vienen siguiendo: la era de Trujillo.
Hace 56 años fue el ajusticiamiento de Trujillo. Escribir sobre este tema es algo que para mi trae muchas emociones. Dentro de mi familia han habido grandes militares y entre ellos, uno de los conspiradores contra el tirano.Recuerdo que cuando era más pequeña fui con mis padres a ver “La Fiesta del Chivo” en el cine y llegó un momento en el que no pude más contener mi llanto y tuve, incluso, que salir de la sala de cine. Hoy, casi quince años más tarde y ya una profesional, sigo teniendo la misma sensibilidad ante el carácter despótico de Trujillo. No pretendo profundizar sobre los aspectos políticos ni económicos del régimen, pues mis artículos son para las mujeres de mi país y la importancia en que se respeten a ellas mismas y su trabajo. Estimadas, son ustedes las responsables de lo que pueda o no hacerles daño. Sus cuerpos deben ser siempre tratados como una delicada flor y sus ideas expuestas al mundo como lo más sagrado. La compañía de un hombre que no tenga eso como lo primero y más importante de su afecto hacia usted, en mi opinión es una causa perdida. Formen sus trinitarias, al igual que lo hizo Duarte. Creen círculos de lectura, reuniones con sus amigas donde conversen sobre qué flores comprarán para su próximo arreglo y cómo pueden ayudar a sus hijos a ser mejores para nuestro mundo. Entre mis amigas y yo, hemos decidido empezar a organizar eventos benéficos, me encantaría que nos acompañen cuando los tengamos organizados. Eso es realmente rodearse de personas con valores y ayudar a la patria.
Recomendación de la semana: Visitar las obras de Johnny Bonelly en el Boulevard de la 27 de febrero.