REDACCIÓN INTERNACIONAL.-Mucho se habló desde el inicio de la vacunación contra el COVID sobre la seguridad y la necesidad de vacunar a mujeres embarazadas. Desde el inicio de la pandemia se estableció que las mujeres embarazadas integraban los grupos de riesgo en caso de contraer coronavirus. Sin embargo, los datos de seguridad sobre la vacunación durante la gestación siguen siendo limitados, y tampoco se sabe a ciencia cierta si la inoculación de la madre es suficiente para que ésta le pase anticuerpos al bebé en camino. Y eso es lo que lleva a muchas mujeres a dudar sobre la posibilidad de inmunizarse.
Ahora, investigadores de la Universidad de Otawa analizaron varios registros sanitarios nacionales de Noruega para comparar la proporción de mujeres vacunadas que experimentaron un aborto espontáneo durante el primer trimestre y de mujeres que aún estaban embarazadas al final del primer trimestre. Y no encontraron correlación entre las vacunas COVID-19 y el riesgo de abortos espontáneos en el primer trimestre, lo que proporciona más evidencia de la seguridad de la vacuna COVID-19 durante el embarazo.
“Nuestro estudio no encontró ninguna evidencia de un mayor riesgo de aborto después de la vacunación COVID-19, por lo que este se suma a las conclusiones de otros informes que respaldan la vacunación COVID-19 durante el embarazo”, afirmaron los autores del estudio, pertenecientes a la Escuela de Epidemiología y Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad de Ottawa y el Instituto de Investigación del Hospital Infantil de Eastern Ontario.
Los hallazgos del trabajo, que fueron publicados en The New England Journal of Medicine, “son tranquilizadores para las mujeres que se vacunaron al principio del embarazo y respaldan la creciente evidencia de que la vacuna COVID-19 durante el embarazo es segura”, según los investigadores.
Desde el inicio de la pandemia se estableció que las mujeres embarazadas integraban los grupos de riesgo en caso de contraer coronavirus (Reuters)
El doctor Fell, que actualmente dirige un estudio de Ontario sobre la efectividad y seguridad de las vacunas COVID-19, y el equipo internacional detrás del estudio no encontraron relación entre el tipo de vacuna recibida y el aborto espontáneo. En Noruega, las vacunas utilizadas incluyeron Pfizer, Moderna y AstraZeneca.
“Es importante que las mujeres embarazadas se vacunen ya que tienen un mayor riesgo de hospitalizaciones y complicaciones de COVID-19, y sus bebés tienen un mayor riesgo de nacer demasiado temprano. Además, es probable que la vacunación durante el embarazo brinde protección al recién nacido contra la infección por COVID-19 en los primeros meses después del nacimiento”, escribieron los autores del estudio.
Tras reconocer que “una limitación del informe es que el registro carece de información sobre la edad gestacional en el momento del registro temprano del embarazo y, por lo tanto, no se pudo emparejar pacientes de casos y controles según la edad gestacional”, los investigadores señalaron: “Sin embargo, se sabe que la mayoría de los abortos espontáneos reconocidos ocurren entre las semanas 6 y 10 de embarazo, un período similar a las edades gestacionales en las que las mujeres en Noruega consultan a un médico para confirmar el embarazo. Además, sólo aproximadamente el 40% de las mujeres en Noruega tienen una cita de atención primaria para confirmar el embarazo, pero las características de estas mujeres parecen ser similares a las de las mujeres que no tienen una confirmación de embarazo registrada”.
“No podemos abordar las asociaciones entre la vacunación y los abortos espontáneos que no fueron reconocidas clínicamente. Aunque el ajuste por posibles factores de confusión tuvo un efecto mínimo en nuestros resultados, el registro no incluye información sobre el estilo de vida y otros factores que podrían confundir nuestros hallazgos”, agregaron.