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19 Abril 2024

Latinoamérica debe gestionar bien la bonanza que le permitirá crecer el 4,7%

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FMI

WASHINGNTON.- Las economías latinoamericanas y caribeñas, que crecerán un 4,7 % en 2011 y un 4,2 % en 2012, deberán gestionar los «fuertes vientos de cola» originados por «el alza de los precios de las materias primas y la entrada de capitales», alertó hoy el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El Fondo basa estas nuevas previsiones, que elevan cuatro décimas en 2011 y una décima en 2012 las anunciadas en enero, en «la mayor confianza en la solidez de la recuperación global y en la mejora de las perspectivas de los precios de las materias primas».

No obstante, en su informe sobre «Perspectivas Económicas Mundiales» cita «significativos riesgos de sobrecalentamiento» en la región, especialmente en Sudamérica y Centroamérica, para las que pronostica una inflación del 7,8 % y del 5,5 % en 2011, respectivamente.

Venezuela, con un alza de precios del 29,8 %; Bolivia, del 10,4 %, y Argentina, del 10,2 %, encabezan la lista al registrar índices de inflación de dos dígitos.

Respecto de la inflación en Argentina, el FMI matiza que la previsión del 10,2 % es la cifra oficial facilitada por Buenos Aires, pero que analistas privados consideran que la real será «considerablemente superior».

El apartado dedicado a la zona, titulado «Latinoamérica encara condiciones externas alcistas», destaca la «importancia sistémica» de Brasil para la región, y señala que «muchos países vecinos se están beneficiando de su fuerte crecimiento», que sitúa en un 4,5 % para 2011 y un 4,1 % en 2012.

La dependencia de la demanda de la economía china también es un factor destacable en el comportamiento de Latinoamérica y el Caribe.

El FMI advierte como «riesgo relacionado la potencial ralentización» de la economía asiática, que afectaría «al precio de las exportaciones latinoamericanas y reduciría sus perspectivas de crecimiento».

Por su parte, México, la otra gran economía de la región, continúa «estrechamente ligada» a Estados Unidos, y el FMI eleva sus últimas proyecciones de crecimiento cuatro décimas, hasta el 4,6 % para 2011, debido a la mejora de la situación estadounidense.

«México en esta ocasión no está afrontando presiones inflacionarias», indica el Fondo, que, sin embargo, rebaja su crecimiento previsto para 2012 en 0,8 puntos porcentuales hasta el 4 %.

Para los países denominados «exportadores financieramente integrados de materias primas (FICE)», grupo en el que el FMI incluye a Brasil, Chile, Colombia, Perú y Uruguay, existen «signos de potencial sobrecalentamiento y los flujos de capital ya han causado tensiones».

Para controlar este riesgo, el economista jefe del FMI, Olivier Blanchard, resaltó en la presentación del informe el empleo de políticas de «consolidación fiscal» y «herramientas macroeconómicas prudenciales, incluyendo los controles de capital».

El informe subraya los riesgos de que se produzca un «‘boom’ de demanda y crédito que pueda desembocar en estallidos finales».

Indica, asimismo, que deberían permitir que «los tipos de cambio sigan actuando como amortiguadores del shock» debido a las mejores perspectivas económicas en Latinoamérica que en las economías avanzadas.

«La apreciación dentro de unos límites de las divisas en la región es buena, es parte del ajuste necesario, y no debería ser combatida», declaró hoy Blanchard.

Las políticas macroeconómicas necesitan ser implementadas con vistas al «medio plazo» para controlar «potenciales excesos de incremento del crédito y sostener los flujos de capital», agrega el FMI.

En Centroamérica la situación económica también es positiva, especialmente en Panamá, gracias «a la demanda externa y la recuperación de los flujos de remesas de sus emigrantes», y apunta un crecimiento para la región del 4 % para 2011 y del 4,3 % para 2012.

Para el Caribe, el FMI prevé un crecimiento del 4,2 % en 2011 y del 4,5 % en 2012, impulsado sobre todo en el «buen funcionamiento de la República Dominicana y la reconstrucción de Haití tras el terremoto de 2010».

Pero advierte de las «tensiones derivadas de los altos niveles de deuda pública» en las economías caribeñas, por lo que sus perspectivas económicas dependen en gran medida del exterior.

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