SANTO DOMINGO.- El lavado de activos, que lleva al banquillo de acusados a una veintena de imputados en la Operación Falcón y manda con un juez de instrucción a al menos cinco legisladores, es un delito penado con 20 años de cárcel, pero difícil de probar.
Así lo calificó el abogado Eduardo Núñez, al asegurar que este se torna complejo porque requiere probar un delito precedente, en el caso de Operación Falcón el narcotráfico.
“Existe en la misma ley de lavados otras consecuencias para los que comúnmente se llaman testaferros, también tienen otras penas los cómplices, pero la sanción en principio es de 20 años”, explicó Núñez en El Despertador.
“Yo diría que es un delito difícil en principio de probar porque es un delito complejo. El lavado de activos es en sí mismo un delito dependiente. Fíjense que lo que va a activar el lavado es un elemento que se encuentra en principio fuera del lavado, es decir una conducta ajena al lavado que puede ser el narcotráfico, que va a ser el primer elemento del lavado de activos”, comentó el abogado.
Robo, delito tributario, soborno, narcotráfico, estafa, contrabando son algunos de los delitos precedentes que pueden dar pie al lavado por lo que este “es un delito complejo de alta complejidad probatoria”.
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