Seúl.- El heredero del imperio Samsung y su hasta ahora líder de facto, Lee Jae-yong, fue nombrado hoy finalmente presidente de Samsung Electronics, la principal empresa del conglomerado, según informó la compañía en un comunicado.
«La Junta Directiva de Samsung Electronics aprobó hoy el nombramiento de Jay Y. Lee (nombre occidentalizado que emplea Lee) como presidente ejecutivo de la empresa», indica el breve texto remitido por el gigante tecnológico surcoreano.
Su nombramiento llega dos años después del fallecimiento de su padre, Lee Kun-hee, la figura que hizo que Samsung Electronics pasara de ser una destacada compañía local de electrónica de consumo al mayor fabricante de teléfonos y chips de memoria del mundo en apenas dos décadas.
Lee Jae-yong comenzó a trabajar en Samsung Electronics en 1991 y fue ascendido a vicepresidente en 2012, aunque asumió el puesto de líder de facto en 2014, cuando su padre sufrió un infarto que lo dejó inhabilitado hasta su fallecimiento seis años después.
Lee fue además indultado por el Gobierno en agosto de 2021 tras pasar más de un año y medio en prisión por su rol en la trama de corrupción de la llamada «Rasputina» surcoreana, en la que el Ejecutivo conservador de la expresidenta Park Geun-hye (2012-2017) tejió una vasta red clientelar junto a los líderes de los principales «chaebol» (conglomerados empresariales bajo control familiar) del país.
La liberación de Lee llegó en un momento clave para las futuras inversiones de capital de la empresa, que aspira a mejorar su cuota de mercado en un mercado clave, el de los circuitos integrados avanzados.
«La junta (directiva) citó el incierto entorno global para los negocios del momento actual y la necesidad apremiante de contar con una mayor capacidad para rendir de cuentas y estabilidad comercial al aprobar la recomendación (del nombramiento de Lee)», concluye el texto de Samsung.
La empresa presentó precisamente hoy resultados financieros para el tercer trimestre, lapso en el que la empresa vio reducido su beneficio neto en un 23,5 % interanual hasta quedar en 9,39 billones de wones (unos 6.637 millones de dólares) ante la ralentización cíclica que viene sufriendo a nivel mundial el sector de los semiconductores en un contexto marcado por la inflación, la subida de tipos o la guerra en Ucrania.