Santo Domingo.- Con palabras entrecortadas, llantos, risas y anécdotas, se despidieron los legisladores de la Cámara de Diputados que no alcanzaron un curul en las pasadas elecciones.
Algunos de estos tenían más de tres décadas ejerciendo la carrera legislativa, tal es el caso del diputado Máximo Castro del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), quien durante su despedida ante el congreso en presencia de sus compañeros y el presidente de la Cámara Alfredo Pacheco, expresó su agradecimiento y asintió retirarse con una gran carga de amor .
“Agradecido de todos ustedes, agradecido del colega que tiene una posición Alfredo Pacheco, colegas diputados que transitamos juntos y que hemos tenido confrontaciones y la hemos sabido afrontar. Agradecimiento a mi hermana Lila. Me voy tan cargado que no se si pueda llegar a Santiago, una carga de amor, de mucho cariño, de mucho respeto”.
Además resaltó su comportamiento que mantuvo intacto desde 1986, año en que inició en el Congreso.
“Quiero aprovechar antes de retirarme porque esta es mi última comparecencia en la Cámara de Diputados, cuando salga de ahí no conoceré mas estos asientos. Agradecer a todos los empleados a todo el mundo que me saludaba con cariño, agradecer a la Secretaria Legislativa el apoyo que siempre me ofrecieron, al Departamento Financiero, a las muchachas de Comisiones, sentí gran orgullo cuando la morena que hace el café me llama y relaja conmigo”, asintió el diputado.
Lila Alburquerque, también veterana en el Congreso por el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), inició su discurso solicitando que la placa que indica su nombre le sea puesta en su tumba cuando fallezca, además refirió que ya se había despedido sin embargo por las palabras de su gran amigo (Máximo), no podía quedarse sin expresar algo más.
“Solamente quiero que esto me lo pongan en mi tumba (la placa), que no es ahora, 104 años y después hablamos. Así que amigos eso es lo único, esto es un hasta luego ¿Y quién dijo que para siempre? La vida da vueltas y vueltas y no se detiene y uno no sabe hasta dónde va a llegar ¡Máximo no estamos muertos, estamos vivos!, dijo Lila, quien ya tenía 38 años en el ejercicio.
En la continuidad del discurso, Víctor Suarez puntualizó que llegó al congreso 20 años después de que ya estuviera Máximo Castro, específicamente tiene 18 años en el curul.
Bajo algunas anécdotas de sus comienzos, Suarez inició su despedida, donde además destacó la oportunidad de que también personas de bajo recurso puedan llegar a legislar.
Asimismo, solicitó llevarse su placa de nombre, momento en el que refirió que “Pido permiso a usted (al presidente Pacheco) y al hemiciclo de que me llevaré este letrero que me acompañó en 18 años que dice Víctor Suarez de mi querida provincia Santiago y con él me llevo los momentos de alegría y en el corazón d que en cada provincia tengo un amigo o amiga con quien compartí aquí en la Cámara de Diputados”.
Entre memorias, se despidieron los veteranos del congreso donde culmina este jueves su legislatura que ejercieron por muchos años.