El cónclave soltó fumata blanca apenas dos días tras comenzar la elección del nuevo papa cuya nacionalidad es más comentada por la prensa laica que sus prendas morales y religiosas. Papa peruano de madre de ascendencia española, mas latino que gringo, aunque la nacionalidad es relativamente irrelevante en materia religiosa, pues creo que lo importante es su espiritualidad y que al ser electo contó con el Espíritu Santo que siempre guía los cónclaves, aunque a veces no entendamos… Al parecer, según el registro civil de Illinois y datos del censo de 1930, el nuevo pontífice es nieto del dominicano Joseph N. Martinez, emigrado a Chicago donde casó con una cajun de Lousiana con la que procreó a Mildred Agnes Martínez, madre de Robert Francis Prevost Martínez. Aparte de ese linaje, este cardenal políglota nacido en Chicago en 1956 estuvo en Santo Domingo y el Cibao, como líder de la Conferencia Episcopal Latinoamericana y en una jornada misionera de su Orden de San Agustín. Una participante que publicó fotos del entonces padre Roberto asegura que caminó por Palmarito, Barranca, Licey y comunidades de La Vega, “llevando un mensaje de fe, esperanza y servicio”. Me agrada un obispo de Roma con espíritu misionero, crítico de los políticos gringos, conocedor del mundo y cuyo primer mensaje fue prédica de amor, unidad y paz para los católicos y toda la humanidad.