Durante el acto de lanzamiento de la candidatura presidencial de Danilo Medina, observé con detenimiento las actitudes y acciones de Leonel Fernández. Es el Presidente del PLD. Su comportamiento en esta actividad, despejaría dudas, daría una señal sobre la dinámica interna del partido.
¿Tendrá Leonel un rol activo? ¿Lo hará con entusiasmo, inyectando energía positiva a la militancia? ¿Será pasivo? Cuando anunciaron su llegada, miré atentamente la pantalla de la TV. Apareció como si fuera rumbo al calvario. Lucia cansado. Tenía sonrisa forzada, triste.
Los gestos que en ocasiones hablan de su seguridad, apoyo y entusiasmo, esto es, señales con las manos, apretársela entre si, ponérselas en el corazón…, estuvieron prácticamente ausentes o muy tímidos.
Por sugerencias de asistentes, en ocasiones, logró ponerse de pie, tomar la mano de Danilo y levantarla en señal de unidad. Aplaudió pocas veces y sin fuerza…. Por primera vez, en un acto público, observé a Doña Margarita, engancharse de su brazo. Parecería que quería inyectarle fuerza, ánimo.
Cuestionaban si asistiría al acto. Cuando Danilo destacó su presencia, los asistentes aplaudieron. Fue un decir “gracias, por venir” un alivio que no diera señales de división interna.
Leonel estaba físicamente presente pero no parecía involucrado, como si hubiera dicho “asistiré, como uno más. No me pidan acción como presidente del partido. Busquen la forma de que sea otro o no iré”….y la buscaron.
Casi todos los miembros del Comité Político y el Comité Central, estaban presentes. ¿Quién presentará el candidato? Decidieron involucrar personas beneficiadas con las visitas sorpresas. Estaban en la tarima principal. Una de las damas lo presentó. Danilo habló una hora. Hizo una síntesis de sus hechos y más promesas.
A mi juicio, no fue delicado que incluyeran en este acto político partidista a los beneficiados con los proyectos de infraestructura que se derivan de las visitas sorpresas. Les dieron matiz político. Les quitaron el encanto de ser neutral, para el desarrollo integral. Dejó el sabor amargo de que esas obras fueron inversiones políticas, para comprar conciencia y respaldaran su candidatura. Le pasaron factura. Me dolió.
Tenía entendido, que las visitas sorpresas eran forma de ayudar el pueblo marginado, de devolverle los impuestos que paga, pero al ver los beneficiados obligados a sentarse en la tarima l y apoyar su “Benefactor” fue una gran frustración. Lanzaron un balde de agua fría sobre un proyecto hermoso y significativo…. Pensé que lo manejaban con criterios normativos, no personales y menos buscando votos.
Los que planificaron este lanzamiento, no tuvieran en cuenta los mensajes negativos que enviaban al “invitar voluntariamente” los beneficiados de visitas sorpresas para cubrir los vacíos de Leonel.
Por Dios, corrijan eso. ¡Déjenlos libre, trabajando tranquilos en sus proyectos, alejados de la política!..Respetemos al pueblo.