Ricardo Ortega.
MADRID.– Las crónicas de televisión del reportero español Ricardo Ortega, muerto de un disparo en Haití en 2004, no eran una más, dejaban su poso, y su estilo era el de un periodista audaz, independiente y muy personal, que husmeaba en todos los rincones.
Este es el retrato que de Ortega hacen sus amigos, los periodistas Corina Miranda y Jesús Martín, en el libro «Ricardo Ortega. Salgo para Haití» (Ediciones APM), que este jueves se presenta en Madrid.
Ortega falleció a consecuencia de un disparo recibido en Haití el 7 de marzo de 2004 a los 37 años de edad, cuando cubría para la cadena española Antena 3 Televisión la crisis política y social que azotaba entonces dicho país.
Las circunstancias en las que murió, la procedencia del disparo, aún quedan por esclarecer.
En una entrevista con EFE, Miranda recuerda que el «golpe de su pérdida no lo es sólo para sus amigos y compañeros, sino también para los televidentes, ya que era peculiar y diferente».
«Sus crónicas no eran una más, dejaban poso, y nosotros con este libro hemos querido rescatarlo. Sacaba temas de las cloacas, de los sitios en los que nadie le gustaba hurgar y donde nadie podía hacerlo. Donde la mayoría no nos dejan meter la nariz», subraya Miranda.
La periodista recuerda que Ortega siempre fue consciente de la fuerza de las imágenes en televisión y «jugaba mucho con ellas».
Sus crónicas televisivas, opina, enganchaban desde el minuto cero ya que las contextualizaba y aportaba a ellas su dosis personal y crítica.
El libro, acompañado de un DVD, ofrece una recopilación de las mejores crónicas de Ortega durante los más de diez años en los que fue corresponsal en Moscú y Nueva York, desde donde narró acontecimientos que ahora están en los libros de historia.
Está dividido en tres grandes bloques (Nueva York, Moscú y escritos de doce amigos y compañeros con recuerdos sobre él) y subdividido en los grandes momentos históricos que vivió en esos lugares, acompañado por sus crónicas al respecto.
«Recuperamos así el legado de Ricardo, quien era capaz de humanizar las noticias y hacerlas más inteligibles», explica Miranda en su conversación con Efe.
Recuerda su amiga y compañera de profesión que el título nace de un correo electrónico que Ortega le envió al corresponsal Rafael Poch, del diario La Vanguardia, antes de partir hacia Haití.
En el libro, dedicado a los padres de Ortega, también escriben el propio Poch, así como Silvia Odóriz y William Myers (Agencia EFE); el escritor Juan Goytisolo; la periodista y escritora Emma Reverter, Rosa María Calaf (de Televisión Española) y Guillermo Altares, entre otros.
Entre las dedicatorias también destaca la que Rafael Sánchez Ferlosio realizó en su libro «Sobre la guerra»: «A la memoria de Ricardo Ortega, a quien sólo he visto por la televisión como corresponsal en Afganistán y Washington».
«Esto te da una idea de cómo llegaba el mensaje de Ricardo», opina Miranda, quien no duda en destacar el conocimiento profundo de Ortega sobre Chechenia.
Corina Miranda también subraya que el reporterismo que practicaba Ortega «está en vías de extinción» y que hoy en día «poca gente trabaja así», debido, entre otras razones, a la globalización y a internet.
«Es difícil controlar toda la información de la que se dispone hoy en día. Las empresas ya no apuestan para que los periodistas estén sobre el terreno, ahora editamos lo que dicen otros que han dicho otros», afirma Miranda.
Este libro, concluye, va dirigido a futuros periodistas, a una forma de periodismo que está en vías de extinción. «Así, recuperamos también su legado», añade.
