REDACCIÓN INTERNACIONAL.- Los líderes del G7, el grupo de las siete potencias occidentales, abrieron hoy su cumbre anual en Elmau, en Baviera, sur de Alemania, con la guerra de Ucrania como tema dominante y la perspectiva de dar una respuesta aún más contundente a Rusia.
El canciller alemán, Olaf Scholz, cuyo país ejerce la presidencia de turno del grupo, recibió ante ese castillo bávaro al resto de los líderes del G7 -Estados Unidos, Canadá, Japón, Reino Unido, Francia e Italia-, a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y al del Consejo Europeo, Charles Michel.
El G7 de Elmau sigue al Consejo Europeo, que dio un espaldarazo a Ucrania al reconocer al país como aspirante al ingreso en la Unión Europea (UE), y se cerrará el martes, un día antes de la decisiva cumbre de la OTAN en Madrid.
La atención de esta primera jornada está centrada en los estragos económicos derivados de la guerra, la lucha contra la inflación provocada principalmente por el sector energético, así como la crisis alimenticia que se teme precipite el bloqueo ruso de las exportaciones de trigo ucraniano.
Para mañana se espera la intervención, en formato virtual, del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, mientras su país sufre la ofensiva rusa sobre su mitad este y se reportan asimismo nuevos ataques sobre Kiev.
Previo a las sesiones a escala de las siete potencias, Scholz mantuvo una reunión bilateral con el presidente estadounidense, Joe Biden, quien expresó al canciller alemán la necesidad de mantenerse cohesionados ante «los retos a que nos enfrentamos».
«(El presidente ruso, Vladimir) Putin ha estado contando con la división del G7 y de la OTAN», agregó el presidente estadounidense, en una breve comparecencia ante los medios, para añadir que «no lo hemos hecho ni lo haremos».
Biden, quien llegó la noche del sábado a Elmau, había adelantado ya, a través de su cuenta en twitter, que el G7 anunciará la prohibición de la importación de oro de Rusia, entre las medidas destinadas a sancionar la invasión de Ucrania por parte de ese país.
El líder estadounidense aseguró en un mensaje a esa red social que «junto con el G7 anunciaremos que prohibimos la importación de oro ruso, una importación mayor que genera decenas de miles de millones de dólares a Rusia».
El propósito de Biden es compartido por el británico Boris Johnson, según indicaron fuentes de su delegación, según las cuales el premier tratará de convencer al resto del G7 -es decir, incluidos los socios de la UE, Alemania, Francia e Italia- a unirse a esas sanciones.
Las delegaciones de los tres socios de la UE presentes en Elmau están abordando ya esta posible ampliación de las sanciones en lo que respecta al oro, aunque por el momento no hay decisiones al respecto, indicaron previamente fuentes alemanas.
En una comparecencia ante los medios, tras su llegada a Elmau, Michel expresó su confianza en que se encuentren soluciones para sancionar al sector del oro ruso, sin sufrir las consecuencias de esa decisión.
Por parte del anfitrión alemán, el propósito de Scholz es «buscar consensos» tanto en el ámbito del G7 como en las reuniones a las que se sumarán mañana los líderes de los cinco países invitados -India, Indonesia, Sudáfrica, Senegal y Argentina-, en representación éste último de toda América Latina y el Caribe.
Alemania se propone impulsar en esta cumbre el llamado «Club del Clima», al que Scholz quiere se unan, junto a las potencias, un amplio espectro de otros países industrializados, desde una perspectiva «inclusiva», según fuentes gubernamentales.
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